La tendencia en occidente es no asumir responsabilidades. Todo lo malo que nos ocurre es culpa de otros y siempre buscamos un chivo expiatorio para apagar conciencias y calmar nuestras propias ansiedades.
La actual decadencia de valores que se ha traducido en crisis socio-económica, ya tiene a su cabeza de turco. Los acomplejados turiferarios de la progresía, que son distintos a los defensores de una ideología social, llevan un tiempo culpabilizando al capitalismo como generador de esta crisis económica. Por supuesto no hablan de crisis social, ni mucho menos de valores, ya que valores, lo que se dicen valores, pues no tienen. Deben asumir que son relativistas, entonces nada tiene valor.
El capitalismo puro, crudo y rudo no es un sistema que facilite el crecimiento social. No puede serlo porque ignora la condición humana y no entiende de algo intrínseco al humano como es el error. Sin embargo, sí es un medio para el desarrollo económico que puede favorecer el progreso social.
La crisis que con mano de almirez nos destroza, no está provocada por el capitalismo. Muy al contrario, ha sido provocada por la excesiva intervención de los gobiernos en el comercio. Ya me dirán que tiene de capitalista facilitar hipotecas que resultan impagadas y sin posibilidad de dación en pago ¿Cuánto tiene de capitalista pagar el agujero bancario con tesoro público? ¿Dónde está el capitalismo en un sistema de pensiones no contributivas que lo hace inviable? ¿Qué tipo de sistema capitalista es el que obliga a unos seguros sociales? ¿Creen que un sistema capitalista permitiría esas dimensiones de los gobiernos? ¿Y la enorme masa laboral que posee el Estado? El sistema que ha traído la crisis está en las antípodas del capitalismo. Ese sistema se denomina precisamente socialista.
Sin embargo, resulta curioso que los mismos que gritan, con razón, contra el destino de fondos públicos para el rescate de los agujeros bancarios, son los mismos que piden la intervención estatal para recuperar sus inversiones en “preferentes”, que de haber salido bien no hubiesen compartido un céntimo con el Estado, o los que piden la intervención del Estado para evitar los desahucios. Si piden intervención estatal, piden socialismo, y huyen del capitalismo. Pues ya saben, preparen la cartera para pagar impuestos, y olviden la esperanza de un futuro mejor, que es lo que está ocurriendo ahora.
El rescate de los sistemas bancarios es una acción socialista, ya que es “papá estado” quien se arroga todo el poder para usurpar el dinero a todos los contribuyentes, y utilizarlo en rescatar a unos bancos que apoyan el sistema estatal. Los bancos no tienen ninguna función social. Esto es simplemente mentira. El único objetivo de los bancos es ganar dinero, quien espere alguna bondad del sistema bancario, lo hace en balde.
No es el capitalismo el causante de corrupciones, sino los corruptos que se aprovechan de un poder estatal omnímodo al estilo socialista. No es el capitalismo el causante del paro, sino la excesiva regulación y encarecimiento del empleo que provocan medidas socialistas. No es el capitalismo quien sostiene a inútiles con poder, sino otros inútiles de rango superior que lo consienten. Pero no olviden que este poder lo da usted con su voto.