Desesperado con esta respuesta, Basset se volvió, votando y amenazando que había de venir toda la escuadra a tomar satisfacción…Nuestro Gobernador, receloso de la escuadra enemiga, dio las disposiciones que le parecieron necesarias para defensa de la plaza. Hizo que todos tomaran las armas sin reservar a los eclesiásticos, pues era causa común y de religión. Partió toda la tropa en dos cuerpos, el uno con la mitad del Clero y Comunidad de San Francisco puso para defensa de la Almina, y la otra mitad de con la Comunidad de la Santísima Trinidad destinó para la defensa de Plaza de Armas; y, porque en caso de tomar los enemigos tierra no sucediese lo que en Gibraltar, mandó que al descubrir la armada bajasen todas las familias a la ciudad sin excepción de persona alguna”.
En la Historia de Ceuta, 1859, de José Antonio Márquez de Prado, se dice:
“A los pocos días de que llegara a Ceuta el Marqués de Gironella, después de un vivo choque, se ganó el terreno del Revellín de San Ignacio y cubrió con estacada el glasis de Santa Ana en el sitio que hoy existe la gola de San Javier. Después determinó posesionarse de los ataques (trincheras de cañones) que los árabes tenían establecidos cubriendo la salida de Machina; pero los mauritanos hicieron una tenaz resistencia y sólo los abandonaron al impulso de las minas y fogatas, y al decidido empuje de los valientes soldados españoles. El Gobernador mandó que los minadores trabajasen en quitar la guardia-infante que cubría la comunicación del ataque real de los berberiscos, los que descubrieron la mina y comenzó un reñido combate al arma blanca que duró desde las dos de la tarde hasta las nueve de la noche. Viendo los moros que la pelea era sin término, hicieron distintas cortaduras sobre la galería y por ellas arrojaban bombas a los minadores españoles, quienes siguieron adelante su empeño consiguiendo el resultado….
Poco después, resolvió el Gobernador se verificase una salida general al campo, y para ello ordenó sus tropas en diversas columnas: El Maestre de campo D. Pedro Macías de la Cerda, mandaba una de 300 infantes y 80 caballos, el cual debía acometer el ala derecha del enemigo, llevando en reserva al Sargento Mayor de la plaza con 200 infantes. El ataque del ala izquierda lo confió al Maestre de campo D. Gerónimo de la Puente y Herrera, con 800 hombres de Infantería, y el centro lo mandó el Mayor D. Ignacio Picalques con otros 200 infantes y 80 caballos. El General determinó el ataque simultáneo, y para coronarlo con la victoria, dispuso que la operación fuese protegida por mar, mandando que algunos barcos de la plaza tomasen parte a las órdenes del Capitán D. Manuel de Guevara Vasconcelos, cuyas naves por la cara que mira a Europa batieron de flanco las masas agarenas. Era el 18-05-1703, el Gobernador dio la señal de ataque, que emprendieron los granaderos con decidido arrojo, siguiendo los demás soldados, tan bizarra gente.
En vano, los berberiscos con sus más que múltiples fuerzas quisieron rechazar a los españoles. Esta victoria, que excitó el espíritu de los españoles, amilanó el de los árabes en tales términos que continuaron débilmente las hostilidades contra la plaza, dando esto lugar a que los sitiados pudiesen ocuparse en la reparación de las obras que habían sufrido por el fuego enemigo. Los defensores de la ciudad cristiana estaban a cada momento deseando repetir sus encuentros contra la gente agarena. Esta victoria, que excitó el espíritu de los españoles, amilanó el de los árabes en tales términos que continuaron débilmente las hostilidades contra la plaza…
Inglaterra amagaba guerra con España…, y el Gobernador de Ceuta…formó una escuadrilla artillando una fragata con 18 cañones y 3 buques de menos porte que la plaza tenía, embarcaciones con las que consiguió apresar algunas procedentes de Smirna. Conocedor el Marqués de la estrategia inglesa, preparó su plaza por si tenía que luchar a un tiempo con enemigos de las dos diferentes condiciones…Tras apoderarse de Gibraltar, uno de los sillares de la puerta del Estrecho, pilar codiciado de largo tiempo por Inglaterra como único medio de adquirir una influencia dominadora en las aguas del Freto Hercúleo, no estaba satisfecha su codicia y, ambicionando que su dominación fuese completa y absoluta, fijó su mirada sobre la otra orilla, en donde otra fortaleza española se defendía heroicamente contra la tenacidad y audacia mora.
La escuadra británica destacó a Ceuta algunos de sus navíos con los que iba el Príncipe de Armenstad, quien despachó uno conduciendo a Basset Ramos, Marqués de Cullera, que llevaba cartas y expresiones para el Marqués de Gironella, Gobernador de aquella fiel ciudad…El Príncipe ofrecía al castellano muchos adelantos en nombre del Archiduque si le hacía entrega de la plaza, y le prometía…que, si accedía a sus deseos, al instante levantarían los moros el asedio con que tantos años estaban fatigando a los españoles…El Marqués de Gironella no permitió atracar al muelle la lancha del navío, despachándola al recibir los pliegos, los que respondió mandando a su bordo al Juez D. Juan de Guevara Mandoza, y al Sargento Mayor D. Pedro Giménez, a fin de que les hicieran saber: (El comunicado de férrea resistencia, hasta morir entre las ruinas de Ceuta, antes que entregar Ceuta, ya figura arriba en el primer párrafo).
Los habitantes y tropas de la ciudad hispano-africana, se adhirieron resueltamente a los sentimientos expresados por su General Gobernador. Desesperado Basset Ramos con la respuesta, vertió amenazas osadas e insultantes, diciendo que haría ir sobre Ceuta toda la escuadra para tomar satisfacción, haciéndose a la vela en el momento. Aprestóse el Gobernador a la pelea, llamando a las armas a cuantos hombres capaces de llevarlas que había en la ciudad, sin excluir los eclesiásticos y comunidades religiosas. Dividió la guarnición en dos cuerpos (como quedó dicho el lunes pasado)…Con estas prevenciones aguardaba el de Gironella las amenazas de Basset Ramos, cuando entró en el puerto un buque francés perseguido por los guardacostas con pliegos del Conde de Tolosa para el General Gobernador, pidiéndole noticias de la escuadra anglo-holandesa. Dióle las que suministraron los vigías del Hacho, y se hizo a la vela, teniendo arriesgadamente que navegar por entre algunos navíos enemigos… La escuadra anglo-holandesa partió hacia levante y ya no volvió. … El Coronel González, por recompensa de sus buenos oficios, fue fusilado por los ingleses en Gibraltar el 23-02-1705”. Es de destacar (añado yo), que también Basset Ramos siguió parecida suerte que suele acompañar a los que se venden al enemigo, porque terminó encarcelado por el propio Carlos de Austria al que antes tan sumiso había servido. Y, según Manuel García de la Torre, durante el mandato del Marqués de Gironella, se construyeron las defensas del Sarchal.
En resumen, todos los historiadores que he citado, y otros que omito por ser reiterativos y para no resultar repetitivo, coinciden en señalar que el Marqués de Gironella fue el gran defensor de Ceuta, que con gran valor, firmeza, determinación, fidelidad al Rey y responsabilidad de su cargo, ayudado del Obispo D. Vidal Marín, la guarnición y toda la población civil, incluidos mujeres, niños y eclesiásticos, pues fue capaz de mantener Ceuta dentro de la absoluta soberanía española. Y que, de no haber sido así, es seguro que esta ciudad se hubiera perdido para la causa española, y más seguro todavía que hoy seguiría siendo usurpada por la codicia inglesa, al igual que sucede con Gibraltar, pese a ser un territorio que fue amputado por la fuerza a un Estado independiente y soberano, por la única razón de interesar al insaciable dominio británico.