Hay un espíritu latente en determinados españoles ceutíes en las Asociaciones Culturales de las Casas de ceutíes, instaladas en todo el territorio español que palpita en los pechos de sus asociados, muchos o pocos, que no lo pueden sentir los “ ajenos ” y que aunque sean muchos o pocos no se puede ignorar que es una continua reivindicación de su ciudad natal o de su ciudad donde se nació, vivió o visitó.
No cabe la menor duda que en ellos se vislumbra no el afecto sino el cariño que vienen demostrando hacia su “ Ceuta querida “, tan bien descrita en su Himno.
Y no cabe la menor duda, y así debe entenderlo los ceutíes residentes en Ceuta y sus autoridades responsables de cuidar que el nombre de Ceuta es un constante clamor en cualquier punto del Estado Español, gracias al tesón que un puñado de ceutíes en este u otro punto de España, sufren la ignorancia o el olvido que Ceuta existe y que Ceuta tiene hijos que pregonan las virtudes de su historia, tan vinculada a España.
En muchas de estas Casas y Asociaciones ceutíes no se escatiman esfuerzos para no sucumbir por la desidia, la impaciencia o el desaliento, porque no se puede desertar ante los envites y taimadas acusaciones y desconfianzas de algunos. Eso es un desatino imperdonable. Las Casas de los ceutíes están siempre alertas de cualquier noticia, buena o mala, que atañen a la ciudad, sus autoridades, instituciones ya sea militar, religiosa y civil, porque es la vida que mamaron ciertos ceutíes, muchos desaparecidos, muchos alejados, muchos dormidos o durmiendo. O durmientes. Ceutíes que siente Ceuta.
Nadie nos impele a abandonar, nadie nos impele a desconfiar de nuestros protectores; nadie nos impele a amilanarnos por acusaciones de abandono; ni “alguien” tan siquiera, tan solo algo nos empuja a seguir hasta agotar la última gota de espiritualidad. Nosotros y Ceuta con sus autoridades.
NOSOTROS Y CEUTA CON SUS AUTORIDADES.