Dicen que la información es poder. No nos debe extrañar, pues, que quienes detentan el poder desarrollen múltiples estrategias para evitar que la información sensible llegue a la opinión pública. Para romper estas barreras el sistema democrático se ha dotado de una serie de instrumentos. Uno de ellos son los medios de comunicación, encargados de plasmar en sus páginas todas aquellas noticias que consideran pueden interesar a los ciudadanos. Por desgracia, la clase política marca una clara tendencia a utilizar los medios de comunicación más como un vehículo de propaganda que de información. Esto lo saben bien los periodistas que se pasan buena parte del día yendo y viniendo a las salas de prensa de las administraciones o de los partidos políticos para recoger las declaraciones que sirven a sus intereses propagandísticos o electorales de estos últimos. En estas ruedas de prensa se miden mucho las palabras, tanto que se ha hecho habitual que los responsables políticos no admitan preguntas de los periodistas. Y cuando lo hacen las respuestas suelen ser esquivas o poco claras.
El otro medio para acceder a la información que se esconden tras los muros de las sedes municipales, autonómicas o estatales consiste en atravesar sus puertas e intentar obtener la información directamente. Si alguien tiene el suficiente interés y osadía para hacerlo tendrá la oportunidad de conocer el funcionamiento de los negociados de circunloquios, -magistralmente descritos por Charles Dickens-, en los que se ha convertido los organismos públicos. Allí dará con toda probabilidad con un Barnacle de turno que le entregará una colección de modelos oficiales para pedir la información “como dios manda”, es decir, por escrito y a través del registro. Si aún persiste en el empeño de conocer cierta información de carácter público tendrá que dirigirse en “tiempo y forma” al negociado correspondiente para ver si tiene suerte y le contestan. Nosotros, que somos tozudos y persistentes, hemos remitido multitud de escrito en estos más de diez años de historia de nuestra asociación. Muchos nunca se llegaron a contestar y cuando han tenido la gentileza de contestarlo poco tenía que ver la respuesta con lo preguntado.
Pasemos de la teoría a la práctica, y pongamos un ejemplo del funcionamiento de la administración respecto a su disposición a atender las demandas de información que le hacen llegar los ciudadanos. En el año 2009, el Observatorio de la Sostenibilidad de Ceuta, que coordina nuestra entidad, trabajó en la redacción de un informe sobre el ciclo integral del agua en nuestra ciudad. Con el objetivo de recabar información sobre esta materia, los técnicos encargados de este estudio se dirigieron a la empresa municipal ACEMSA para obtener datos sobre cuestiones como el consumo diario o el estado de la red de distribución. Todo lo que obtuvimos fue un escrito en el que ACEMSA exponía los proyectos de mejora que estaba acometiendo en esos momentos, así como daban cuenta de las obras que pretendían realizar en un futuro próximo. Poco o nada decían de asuntos claves como el porcentaje de pérdidas en la red de distribución y su estado de eficiencia. Por aquel entonces sabíamos que la Dirección General del Agua del Ministerio de Medio Ambiente había adjudicado a la empresa Ayesa la realización del denominado “Diagnóstico del Estado Actual de la Red de Agua Potable de Ceuta” y cuando preguntamos a los responsables de ACEMSA sobre sus resultados preliminares se nos comunicó poco más o menos que era materia reservada. Pero nuestra persistencia nos llevó a conseguir suficiente información fidedigna para concluir que las pérdidas de la red de distribución rondaban el 60 %. Tras hacer público este dato, la respuesta de la administración fue, en primera instancia, negarlo de manera categórica, aunque poco tiempo después el propio Presidente de la Ciudad tuvo de reconocerlo ante los medios de comunicación. Pero bueno, esto forma parte de la intrahistoria del ecologismo ceutí y seguro que sin pretenderlo aumentaron de esta forma la credibilidad y prestigio del observatorio de la sostenibilidad. Paradojas de la vida.
Siguiendo con este peliagudo asunto, la negativa a facilitarnos el acceso al informe elaborado por la empresa Ayesa sobre el estado de la red de distribución nos hizo dirigirnos directamente al Ministerio de Medio Ambiente para solicitar una copia de este documento. Al poco tiempo, el día 1/06/2009 se nos remitió por parte de la Dirección Técnica de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir la respuesta a nuestro escrito de solicitud de información ambiental relativa a las pérdidas de agua en la red de suministro de Ceuta. En este escrito se nos indicaba que aún no contaban con las conclusiones definitivas del estudio emprendido por la Dirección General del Agua del MARM denominado “Diagnóstico del Estado Actual de la Red de Agua Potable de Ceuta”, así como se nos decía que “una vez finalizado el trabajo, se les informará cumplidamente del mismo”. Transcurridos más de dos años de este compromiso todavía no habíamos recibido la información solicitada, por lo que a través de un escrito, enviado el día 7/9/2011, reiteramos nuestra petición, amparándonos en el contenido del Ley 27/2006, de acceso a la información ambiental. Ha pasado casi un año y aún estamos esperando que nos contesten.
Tal y como ha quedado acreditado en los párrafos anteriores, el oscurantismo de la administración local y estatal respecto al ciclo integral del agua es llamativo. No lo decimos sólo nosotros, el propio Consejo Económico y Social de Ceuta, en su última memoria sociolaboral publicada (2010), ha denunciado que ACEMSA ha restringido de manera apreciable la información que “venía remitiendo dicho organismo, por lo que recomendamos que restablezca la normalidad informativa habitual”. Tampoco fuimos capaces desde Septem Nostra de conocer los datos reales de pérdida en la red para incluirlos en nuestro último informe sobre ordenación del territorio y urbanismo en Ceuta. El hermetismo es absoluto. Ni los archivos secretos del Vaticano son tan inaccesibles como la información sobre el estado de las infraestructuras ambientales básicas en nuestra querida, pequeña y marinera ciudad de Ceuta.
Hace unos días la rotura de una tubería principal de la red de abastecimiento dejó sin agua a muchos vecinos del campo exterior. No tardó mucho el principal partido de la oposición, el grupo Caballas, en reclamar a Acemsa la “implementación de un plan de evaluación de la situación real en la que se encuentra la red de abastecimiento al objeto de detectar los puntos negros donde se producen los cortes”. Es evidente que los responsables de la coalición Caballas desconocen la existencia del informe encargado por el Ministerio de Medio Ambiente a la empresa Ayesa en el año 2008, por importe de unos 900.000 ?. Y no es extraño que lo desconozcan, ya que nunca se han hecho públicos los resultados de este estudio. ¿Qué ocultan?. Posiblemente no lo sabremos hasta que se resuelva la demanda judicial que tenemos previsto presentar ante el tribunal contencioso administrativo por incumplimiento reiterado de ley 27/2006, de acceso a la información ambiental.
Hemos empezado con un dicho popular y vamos a terminar con otro: “dime de que presumes y te diré de que careces”. No hay un político en este país, y los de Ceuta no iban a ser una excepción, que no presuma de transparencia en su gestión de los asuntos públicos. Sin embargo, la realidad del día a día contradice unas afirmaciones vacuas que no se las creen ni quienes las proclaman sin cortarse un pelo. De hecho, España va a ser uno de los últimos estados de la Unión Europa en dotarse con una ley de transparencia. Aún así le vamos a dar la oportunidad de enmienda. Por ello le pedimos a través de este artículo de opinión a quienes correspondan que hagan públicos los resultados del diagnóstico de la red de agua potable de nuestra ciudad que tienen metido en un cajón o más bien parece en una caja fuerte. De camino podrían informar a la ciudadanía sobre cuando van a poner en marcha la EDAR, el porcentaje real de pérdida en la red, las inversiones previstas en materia de saneamiento o el porqué no se solucionan los frecuentes vertidos de aguas fecales en puntos del litoral como la playa de Benitez. Esta es la información relevante y de transcendencia en materia de política ambiental hídrica. Para conocer los niveles de los embalses, única información que aporta el Gobierno de la Ciudad sobre el ciclo integral de agua, nos basta y sobra con la página web del Ministerio de Medio Ambiente.