Vivas habla de economía procesal y al final hay quienes se enfadan, pero, en el fondo, demasiado se permite en ocasiones, porque lo de ayer no fue normal. Para que diga la oposición que no existe manga ancha para que nadie se vaya descontento con las intervenciones. En el orden del día figuraban hasta cinco puntos de temas económicos que al final derivaron todos en hablar de lo mismo una y otra vez. Se comenzó con la operación de tesorería, se continuó con las acciones de la oposición, donde Caballas llevó una propuesta para que se pidan responsabilidades a los gobernantes que asuman gastos sin tener consignación presupuestaria. En los asuntos de urgencia, el mismo grupo político habló del plan de pago a los proveedores. Y en las interpelaciones se analizó, por un lado, a petición de Caballas, si la Ciudad seguía teniendo crédito en los bancos y el PSOE con distintos temas relacionados con el plan de ajuste, que aunque no hubo debate, si les permitió que abordaran su exposición. Y de guinda del pastel nos encontramos con el tema de la comparecencia de Márquez. Y no hemos terminado la semana.
¿No hubiera sido mejor abordar toda la problemática en un solo punto, aunque luego los que necesitaran de votación se votara de manera independiente? Pero claro, con la que está cayendo, quien se atreve a ponerle el cascabel al gato.
Los despistados que hubieran seguido el debate por la televisión pública, si se hubieran levantado, cuando volvían, no sabían si estaban en el mismo punto o habían pasado a otro. Menos mal que entre uno y otro punto, al menos de habló de otras cuestiones que también interesan.