Habló Pacoantonio y dio el titular. “En pocos meses la sanidad cambiará radicalmente”. Eso es lo que dijo ayer a los periodistas tras visitar el Hospital y el centro de Otero. Yo, desde luego, no me he echado a temblar. Entre este titular y el de los malos que van a terminar en la cárcel o con las maletas fuera de Ceuta... no sé ya con cual quedarme. ¿Será verdad o al final tendremos hemeroteca para ilustrar las tardes con cafelito pero poca chicha? Con la sentencia del ‘caso neonatos’ recién publicada y las declaraciones del último gerente que ha pasado por la cúpula sanitaria lamentando cómo está el patio... sólo me cabe un par de lecturas. O Pacoantonio es un super hombre capaz de hacer milagros o es el number one de la clase política capaz de meterse en el bolsillo con promesas que luego se olvidan a quienes todavía se las creen. “Nueva etapa en el Ingesa”... “cobertura de las vacantes”... asistencia estrella... vamos que nos van a tratar en un clínico en el que los milagros se van a mezclar con esas tramas organizadas para asistir a la población flotante que nos llega de Marruecos y que dan pie a ese fraude que quiere perseguir el mandamás de los Reyes.
La verdad es que el delegado es el número 1 en eso de levantar el ánimo y aplicar el cuento de la voluntad, lo que pasa es que de voluntad y gozo no se vive, así que las promesas caen en saco roto cuando sobre la mesa no hay una hoja de ruta que nos haga creer a ciencia cierta que esa sanidad, en pocos meses, va a cambiar radicalmente.
De momento no lo ha hecho. Así que nos quedamos con las ganas, que puede ayudar a elevar el nivel de autoestima en un periodo de crisis, de recortes, de convulsiones político-sindicales en la casa grande y de esperanzas puestas en el dinero que llegue de Madrid, como siempre. Porque en una ciudad acostumbrada a las subvenciones y al pedir por sistema, cuando el oro de Madrid falla nos ponemos todos nerviosos y parece que la ciudad se va a tambalear.