Menuda pregunta a estas horas con la que está cayendo. Si de verdad no lo tengo decidido demostraría, al menos parcialmente, que he estado en Babia, la Luna o dondequiera que sea cuando no nos enteramos de lo que está pasando.
Ignorar que la crisis mundial está afectando primordialmente a España por la incapacidad, negligencia y dejadez de un gobierno socialista, es ignorar una evidencia, ningunear a todos los medios de comunicación y ciscarse en 5 millones de parados. Con sólo leer la prensa, escuchar la radio o asomarnos a un telediario, sabría perfectamente a quién no votar.
La falaz propaganda socialista, como maquinaria siempre bien engrasada, funciona a todo tren, dedicándose a echar balones fuera e intentando ocultar con mayor o menor éxito casos lacerantes para la democracia española, y todo ello lo hacen bajo el trillado recurso de la “crisis mundial”, que será todo lo mundial que quieran, pero los parados, el aumento de la pobreza, la pérdida de poder adquisitivo, y un montón de males más se encuentran en España y no en Francia, Polonia o Alemania, por ejemplo.
A esta campaña electoral hay que sumarle como a la anterior, la indolencia intencionada que siempre ha caracterizado al socialismo español, permitiendo que esta campaña sea accesible a actores que ninguna democracia consentiría, salvo la española dirigida por el PSOE. La presencia de ETA en las urnas, que podría permitirles tener grupo propio en el parlamento español; y la actuación de los “indignados hijos de papá progre” cuya clara finalidad es beneficiar al PSOE, ya han marcado el inicio de campaña. Es decir, todo un país con más de 40 millones de habitantes coaccionado por las acciones de una banda de criminales asesinos y un puñado de aspirantes a vivir del cuento que ningunean el Estado de Derecho. Esta es la enorme debilidad con la que el PSOE deja a las instituciones y la democracia española.
La libertad es inherente a la responsabilidad, y en este caso la acción correcta es sacar a España del insondable agujero que el PSOE ha cavado para ella. El camino es solo uno. Seamos realistas y preguntémonos seria y serenamente cuál es la formación política que tiene la capacidad suficiente para llevar a cabo la ingente labor de salir adelante. Sólo una me viene a la memoria, lo demás es tirar el voto, utilizarlo a modo de pancarta jaculatoria autocomplaciente, en lugar de ser un ciudadano responsable y utilizarlo como herramienta que construya futuro.
El refranero español anuncia “obras son amores y no buenas razones”. A las obras de un gobierno popular ya las conozco, igual que conozco las obras de un gobierno socialista, tanto local como nacional. Y como hasta ahora la memoria no me falla, o al menos eso creo, tengo claro cuál es el camino que debe seguir un gobierno y este, sin lugar a dudas pasa por la derecha política, nos guste a algunos o le disguste a otros, pero esto es lo que necesita España ahora.