Luego nos querrán vender que en Ainara nada sucede y que el partido de la gaviota está cohesionado. Si fuera así, no dejarían a su candidato estrella, Paco Márquez, solo ante el peligro, realizando una campaña oficiosa bastante descafeinada. El flamante popular aparece en los actos con su inseparable Carlos Folch y los seguidores de lo que ya se palpa como grupo. ¿Pero dónde está la responsable de la campaña? La número 2 ha desaparecido y ni está siquiera para darle algo de cariño -aunque simplemente sea mediático- al delfín de Pacoantonio, al que ya se le ve hasta planta de delegado del Gobierno. Esta campaña camino al 20-N me recuerda bastante a la de las anteriores generales. Aunque aquella fue algo más dura, porque lo que no pensaba González Pérez era que hasta Vivas le iba a organizar una contracampaña convocando a los medios a la misma hora en la que Pacoantonio pedía el voto. Ahora tenemos otro Paco camino del poder y otro Vivas, mucho más suavón con quien es su ‘hombrequevaleparatodo’ en el Gobierno, pero que es incapaz de poner orden en el partido y hacer que sus números 2 y 3 trabajen en la misma línea en vez de ponerse trabas.
Las cosas en el PP no marchan tan bien como parecen. Los desencantados empiezan a limarse las uñas por si pueden arañar y mientras en el partido la dirección responde de manera descafeinada. A un presidente doble se le terminan escapando cosas y Vivas, con eso de controlar todo y no fiarse de nadie, ha terminado por convertir el PP en una extensión más del Gobierno, en otra especie de consejería y así tenemos el resultado. ¿Que por qué no hay más escandaleras? Porque tenemos una oposición tan pobre que es incapaz de poner nervioso al PP. Fíjense hasta dónde llega el nivel, que los populares encuentran su oposición dentro de su propio partido y no fuera, en donde tan sólo ven venir el paso de un PSOE encorsetado que no levanta cabeza y un Caballas que sigue soportando el peso de dos cabezas, dos maneras de pensar y hasta dos formas de hacer política.
Paco Márquez, el candidato, quiere comenzar demasiado pronto su campaña. Será para demostrar cómo se las puede arreglar solito, con el apoyo de su gente y las zancadillas de su ‘no gente’. Le quedan días por delante y le sobran zancadillas. Le faltan mimbres y le sobran males de ojo. Y así camina un PP endiosado, que se cree ganador y en el que los cadáveres reaparecen para sacar partida. Bienvenido a la guerra, señor Fortes.