Antes de efectuar cualquier valoración sobre lo ocurrido en el accidente mortal del pasado domingo, desde la AUGC lo primero que queremos hacer es lamentar la pérdida de la vida de dos personas. Y ya no sólo la vida de estos hermanos sino de otras que han fallecido en idénticas condiciones. Lamentar que la muerte nos sorprenda en una zona que debería acondicionarse para que un apacible lugar de paseo, ocio y de aparente seguridad no se convierta nuevamente en tragedia.
El fallecimiento por inmersión de dos ciudadanos marroquíes tras precipitarse con su vehículo en el Muelle España ha provocado una serie de declaraciones injustas y sin rigor que han sido efectuadas por ciudadanos que muestran un desconocimiento absoluto de la realidad. Se ha caído en la crítica sin rigor, mientras se sigue sin buscar soluciones que acaben con la lamentable pérdida de vidas.
En primer lugar, desde la AUGC queremos dar un consejo a los ciudadanos, y ese no es otro que cuando se acerquen a las proximidades de los Muelles, tengan la precaución de tener el vehículo con los cristales bajados, porque es la única posibilidad de salir con vida en caso de caer al mar. Este mismo consejo le damos a los responsables políticos para que informen de la conveniencia de permanecer con los cristales bajados y la eficacia de quitarse el cinturón de seguridad, porque los vehículos llegan al fondo boca abajo y es complicado desabrocharse el cinturón en esta estresante situación.
Aquí llegamos al punto que queremos abordar con detalle. Las declaraciones realizadas sobre el retraso en la llegada de los GEAS son absolutamente injustas y esperamos que cuando lean nuestras explicaciones queden perfectamente aclaradas. No se debe utilizar la hora del desafortunado accidente como la de partida del aviso al equipo GEAS, porque nuestros GEAS estuvieron activados para el servicio en quince minutos. No existe ninguna Unidad capaz de ponerse en funcionamiento en ese tiempo por el compromiso de sus componentes y por la cercanía desde la base al lugar del accidente. También queremos hacer constar que acudieron al servicio incluso los componentes que se encontraban libres de servicio. Poner en marcha y disponible para el rescate a un equipo GEAS en ese tiempo es digno de resaltar y de agradecer. Otro asunto distinto es cuándo se recibió el aviso, y ahí ni los GEAS ni la Guardia Civil tienen implicación alguna, no somos responsables de ese paso. Los ciudadanos deben saber que los GEAS se activaron nada más tener conocimiento de lo que estaba ocurriendo.
Aunque sea lamentable decirlo, es casi imposible en este tipo de accidentes sacar con vida a sus ocupantes, porque una persona no es capaz de permanecer más de tres minutos sumergido y en ese tiempo es casi imposible acudir a un rescate, incluso en nuestra pequeña ciudad. Se puede intentar engañar a los ciudadanos sobre esta posibilidad. Ni incluso el Cuerpo de Bomberos, con un servicio permanente, podría socorrer y sacar a sus ocupantes estando sumergidos por la imposibilidad de acudir en menos de tres minutos. Esto es una realidad incuestionable.
Los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) están compuestos por unidades pequeñas, de unos ocho componentes. Todos los miembros están en posesión de la titulación correspondiente. Una vez en su destino se dedican exclusivamente a la preparación específica de su especialidad y, por lo tanto, son especialistas de toda solvencia en el medio marino.
Son expertos en búsqueda, localización y rescate de personas en el medio acuático, protección del patrimonio marino, embarcaciones y eventos deportivos.
Independientemente, son especialistas en la elaboran informes técnicos y reportajes fotográficos subacuáticos, porque son la Policía Judicial subacuática. No existe ninguna policía en el mundo mejor preparada que los GEAS.
Son, para que ustedes lo sepan, profesionales muy cualificados y comprometidos con los ciudadanos y sufren con estas injustas críticas, porque no estamos hablando de una cuestión baladí, sino de la perdida de vida humanas y, por lo tanto, deberíamos de ser más rigurosos con las manifestaciones que afectan a la profesionalidad y honestidad de otras personas.
Sólo nos queda esperar que se pongan los medios adecuados y que se informe a los ciudadanos para que estos accidentes acaben de una vez por todas.