Hace poco más de cuatro años, escribí un artículo, en este mismo periódico, sobre un policía nacional jubilado, por acciones terroristas, en el País Vasco, con motivo de su cumpleaños. Celebramos una cena, en un conocido restaurante de esta Ciudad y le deseé que su cáncer de cólon, no le impidiera vivir muchos años de vida...
El ppdo. día 19 de los ctes, me encontraba precisamente de servicio, en la cárcel.
Acompañado y esposados por sus propios excompañeros lo ví en el rastrillo de la prisión. Se me saltaron las lágrimas . No hay pena más fuerte para un funcionario de prisiones que ver a un familiar o a un íntimo amigo metido entre rejas; Indistintamente que a nosotros todas las personas que la justicia manda a los establecimientos penitenciarios, les manifestemos esos sentimientos de humanidad, que nos caracteriza a los profesionales de Instituciones Penitenciarias. “Desprecia el delito y compadece al delincuente”
Mi amigo llegó, nervioso, acobardado, muerto de miedo, como se suele decir, al llegar a un sitio como éste. Afrotunadamente, tenemos en los Rosales un equipo de médicos, psicólogos, asistentes sociales, etc..., que están entre los mejores de España. Lo atendieron, lo tranquilizaron y cuando fui a verlo después de la cena ya era “otra persona”. Nuncas voy a poner en tela de juicio la desición de los jueces, ellos administran e interpretan las leyes, pero en este caso en concreto y en mi humilde opinión- la ordenación de la razón- ha fallado por completo.
Si bien que es verdad, que a mi amigo A. F. M. ha quebrantado condena, habría que estudiar a fondo el porqué lo hizo. Y a partir de ahí, el juzgador, en su mejor raciocinio dictará sentencia condenatoria o absolución.
A. F. M. es un enfermo, alcoholizado en fase profunda, pero inofensivo, en cuanto a agresividad se refiere. No es capaz de matar a una mosca. Lo conozco de hace cinco años, como también a su madre, a su hermano, a su ex mujery a su hija. A.F.M. no debería estar en una lóbrega celda de los Rosales, sólo porque un buen día y sumamente embriagado, decidió darle un beso a su madre a la cual adora, llevarle dos cestas de frutas y verduras, tres cajas de bombones y un sinfín de chocolatinas.
“Mamaíta, te voy a preparar la cena”:- Para cortar, la cebolla, el apio y el puerro, es necesario un cuchillo de cocina. Ese fue el detonante para que su madre llamara a la policía..., y me lo metieran en la cárcel. Tenían orden de alejamiento del domicilio materno. Un hijo muchas veces, busca el amparo de su madre, pero a veces hay madres que no quieren a sus hijos. Esa es la triste realidad de un amigo que tengo en la cárcel.