El maestro de la sabiduría china Confucio, (S.VI a d. c) conocido tradicional por los chinos como “Maestro Kong”, se caracterizó por su efervescencia tanto intelectual, política y económica. El mundo feudal chino se debilitaba y los hombres de letras tomaron la iniciativa de emprender una reflexión general sobre la sociedad de su tiempo, ¿cómo gobernar?... ¿cómo hacer para que el orden y la justicia imperase entre los hombres?... ¿cómo proporcionar prosperidad y dicha al pueblo? Los seguidores de Confucio se agarraron a lo que éste preconizaba en sus enseñanzas y que basaba en la educación y en el principio que gobernaba la virtud, los formaría como él había sido formado y los haría virtuosos. Antes de que finalizara la época de los Estados en lucha por aquellas corrientes espirituales, aparecieron los cuatro libros fundamentos de las enseñanzas confucianas. Sus textos inculcan la práctica del rén (o benevolencia), kzhong (lealtad), y shú (perdón), con las que se llega a ser un hombre superior.
Se hace complicado discernir sobre la agresividad mostrada en los últimos tiempos entre los medios de comunicación en general y medios a nivel local. Casi sería el momento donde la ética profesional desgranase su esencia y dejara a un lado controversias que reclaman disputas e inclinaciones insultantes, algunas propias de gentes sin escrúpulos. No podemos aceptar que un articulista, escritor, columnista se autodenomine periodista y defienda con sus bazofias y elucubraciones los bajos fondos de la maldad, con el fin primordial de superar sus propias limitaciones, con un claro problema de infancia. Y como lo escrito, escrito queda, se embarra al conceptuar e insultar a personas a las que después busca para sentirse válido… penoso y preocupante, pero el complejo de inferioridad forma parte de su carnet de identidad.
Convencido de que apliqué a mis escritos los términos adecuados para utilizar el derecho a la crítica y a la expresión que me otorga el diario decano de la ciudad, sería justo agradecer a todas aquellas personas, muchas o pocas, que en la lejanía de una amistad siempre deseada, tienen una palabra de apoyo y de reconocimiento… ¡te leo!... ¡te sigo!... ¡no cambies tu línea!. Ante esta satisfacción que te otorgan, existen aquellos que, aún siendo familiares o amigos, no disponen de esa palabra que les lleva a ser cómplices del silencio. Es factible que el silencio sea el camino a seguir… queda claro que no son seguidores de Confucio.
La semana que hoy muere, cargada de viajes, ojeando partidos de fútbol en busca de la promesa soñada y haciendo amistad con numerosos futbolistas de la región andaluza, muchos de ellos han opinado sobre la compra y venta de voluntades, con el fin de que los maletines comiencen a hacer su función. Aceptando entre algodones que una prima por ganar es hasta cierto punto comprensible, nunca lo será para el caso contrario. El jugador que es tocado y se vende, es más lamentable que aquel que se dopa. El jugado vendido perjudica a un equipo, a una institución, a una ciudad, a un país… el jugador dopado lo hace consigo mismo. Esta práctica conocida y antigua en el tiempo, constituye la degradación del deportista. Ciertamente, esta rumorología que alguna vez fue realidad, predispone sobre futuras sanciones que puedan recaer en las conciencias, hoy moribundas, de profesionales que alcanzan la cifra de seis meses sin cobrar. Dialogando con el “coach” Lucas Cazorla, manifestaba su convencimiento de que un jugador, al que se le exige un rendimiento físico ante un contrario, no desarrolle sus condiciones técnicas y tácticas cuando “en un golpeo de balón”, su mente esté volando en la preocupación que produce la imposibilidad de hacer frente al pago de la hipoteca, de su alquiler o de los gastos que propician los hijos.
Siempre fue mi deseo no hacer críticas sobre los jugadores… en ocasiones, tuve que referirme a ellos por ese bajísimo nivel que demuestran partido tras partido, nunca pretendiendo hurgar en una crítica y si en la pregunta de que, en toda la temporada, por qué no han conseguido ni siquiera hilvanar tres jugadas propias de la categoría… ¿no sabiais acaso, como vuestro presidente no electo, sobre los vaivenes caprichosos del balón? Tenemos que reconocer que la AD. Ceuta, con un presupuesto que, supuestamente, ha superado la subvención inicial, es un conjunto inoperante, insulso, desesperante, ilusorio, rancio, vulgar… en definitiva, la plantilla más floja en cuánto a juego desde los tiempos de Alcalá, Quinichi, Ormaza, Lima y Zacarizo.
Llamo nuevamente la atención del Sr. Presidente de la ciudad, para que obligue al Sr. Muñoz a clarificar la situación vivencial del club en cuánto a gestión. No me cansaré de repetirlo porque es de justicia y que, por su cargo, tiene la obligación de hacerlo. Y Sr. Vivas, le recuerdo que de la decisión tomada el año pasado para excluirme como candidato, solo ha perjudicado a jóvenes que hoy defenderían la camiseta blanca con su máxima dedicación… ¿recuerdas nuestra reunión?... tus palabras inconexas aún resuenan en aquel espacio… si la misma te hizo pensar “ya me he desecho de éste, no interesa”… joder, ¡yo también pensé lo mismo de ti!…