Decía un buen amigo mío que en política siempre hay que tener la maleta hecha y los billetes sacados, en clara alusión a estar prestos a la movilidad o abandono de los cargos y responsabilidades aceptadas, y a hacerlo de un modo sigiloso y agradecido. Yo siempre he tenido muy en cuenta eso.
He tenido el honor, el orgullo y el placer de poder representar a mi pueblo en la Asamblea de esta hermosa ciudad, y he procurado siempre hacerlo con la dignidad y responsabilidad que ello implicaba. Creo que jamás nadie podrá reprocharme una actitud indecorosa o desleal con el cargo, la Ciudad, el Partido Popular o el Presidente.
He procurado servir a mi Ciudad, el Partido Popular y al Presidente de la mejor manera posible, y siempre por ese orden, buscando en todo momento el interés general de los ciudadanos, la defensa de los ideales conservadores del Partido Popular y siempre con la mirada puesta en la verdad y la bondad.
Si en algún momento, en el calor de la defensa ideológica o por cualquier otra circunstancia ofendí o cause agravio a alguien, pido disculpas públicamente. Nunca fue mi intención causar denuesto a nadie.
No he considerado en ningún momento que el Partido Popular o su Presidente tengan deuda alguna conmigo, al contrario, agradezco al partido y a los presidentes bajo los que he servido, y sirvo al partido, la oportunidad que me brindaron y siguen brindándome de poder luchar desde primera línea por la defensa de los ideales conservadores.
Durante todo este tiempo no hice enemigo alguno en ningún sitio, salvo los que ellos mismos decidieron considerarse así. En cambio tuve la fortaleza de conservar a los extraordinarios amigos que tengo e incluso aumentar mis amistades en calidad y cantidad.
Espero que la estulticia de la que siempre intento huir con escaso éxito, no haya cambiado mi personalidad, o que si esta ha cambiado sea para bien. En caso contrario, estáis obligados mis queridos amigos, a decírmelo sin ningún tapujo o atadura.
Tengo muy presente que si algo hice bien no fue por mis propios méritos, sino por los fenomenales compañeros que siempre me han rodeado, tanto en el partido como en la Asamblea.
La oposición en la Asamblea jamás tuvo trato descortés conmigo, y confirmé en ellos los excelentes valores que les acompañan salvo, claro está, la defensa de algunas ideas que obviamente no compartimos. Diferencias que considero sanas y necesarias para la existencia de una sociedad libre.