Tras el cero total registrado ayer llega el momento de los grandes titulares en prensa. Esos que se resumen en una idea: ‘caerá el peso de la ley sobre los responsables de dejar Ceuta a oscuras’. El Gobierno se ha apresurado a dar una rueda de prensa en la que, a mi juicio, se ha precipitado en eso de buscar al presunto culpable del apagón. Y lo ha hecho porque a estas alturas debería saber que los informes preliminares sirven de bien poco, por eso es mejor ocupar portadas cuando se sabe a ciencia cierta quien no ha cumplidocon sus deberes para sancionarle como debe.
A estas alturas, más que buscar la cabeza de quien provocó un auténtico desaguisado en la ciudad, cabría traer a la actualidad el debate sobre la condición de isla energética que tiene Ceuta. Ya el pasado domingo aludíamos a las gestiones que desde Industria se han llevado a cabo para conseguir, en tiempo y forma, que Ceuta opte a ese visto bueno que debe dar el Ministerio para apoyar la interconexión con la península. Es en este objetivo en el que se deben centrar los políticos y en el que debe ponerse de relieve las buenas relaciones existentes entre presidente de la Ciudad y delegado del Gobierno. Que en pleno siglo XXI una ciudad pueda quedar a oscuras es tercermundista e ilógico, de ahí que el apoyo del Ministerio al plan pretendido por Ceuta debe ser claro y evidente. Aquí no valen excusas. ¿Permitiremos que Madrid apoye un desembolso favoreciendo los intereses, por ejemplo, de Mallorca y nos callaremos en el caso de Ceuta? No sería lógico ni justo.
Hechos como el ocurrido ayer o el que sucedió la pasada Feria obligan a no dejar aparcado este asunto y a prestar atención a un trabajo, el que ha realizado el equipo de la Viceconsejería de Industria, para que nunca se duerma en los laureles.