Tres palabras que hoy en día ya no significa nada en el mundo que vivimos. Los que todavía creemos en una forma de vivir donde estas palabras simbolizan como actuar en todo momento, seguimos defendiendo su importancia.
Las palabras tienen un significado, que tenemos que explicar a muchas personas que nos rodean y en especial a la clase política española.
La decencia, posiblemente uno de los valores que habla más de una persona, para vivirla se necesita educación, compostura, buena presencia y respeto por los demás.
La honradez, tiñe la vida de apertura, confianza y sinceridad y expresa la disposición a vivir.
El honor, cualidad moral que obliga al hombre al más estricto cumplimiento de sus deberes consigo mismo y con los demás.
Conceptos que ya se han olvidado, en especial al hablar de política. Tendríamos que exigir a los políticos actuales y futuros un compromiso para potenciar y defender estos tres valores por el bien de la clase política, en defensa de aquellas personas que se dedican a la vida publica y respetan los valores de la decencia, la honradez y el honor, en todas las actuaciones que realizan, ya sea en el ámbito local, autonómico o nacional.
España termino su Presidencia de la Unión Europea, muchas fueron las promesas de Zapatero para este periodo que ya termino, pocos o nulos los resultados obtenidos, al final nos queda lo de siempre, mentiras y promesas incumplidas, ya que ni la cumbre de Presidente de la Unión Europea con el Presidente de Estados Unidos se realizo, claro Zapatero pasara a la historia como la peor presidencia de la Unión Europea de la historia.
El Partido Popular considera que ha sido una gran oportunidad perdida por parte del gobierno socialista, que ha dado una respuesta improvisada ante exigencias externas. En lugar de presidir Europa, Europa ha tenido que intervenir en España. Zapatero ha tenido una Presidencia de bajo nivel, deslucida, que ha pasado inadvertida para la mayoría de los ciudadanos y con una mediocre gestión política. Se ha comportado en esta presidencia europea con tanta irresponsabilidad como en la presidencia de 2002: Zapatero en 2002 promovió y encabezó una huelga general la víspera de la reunión de presidentes de la Unión Europea en Sevilla, obstaculizando cualquier medida que mejorara el mercado laboral y el bienestar de los españoles. En 2010 sigue obstaculizando todas y cada una de las propuestas que el Partido Popular hace para mejorar el mercado laboral y el bienestar de los españoles. Los populares siguen actuando con sentido de la responsabilidad y no promoverán ni apoyarán ninguna huelga general, como sí hizo Zapatero en 2002.
Es la primera vez en la historia de España que nos imponen obligaciones desde Europa. Hemos terminado nuestra presidencia europea con una economía intervenida desde el exterior, que nos sitúa en una posición de protectorado, porque nuestros socios no se fiaban de la forma de gobernar de Zapatero.
Necesitamos una reforma laboral que abarate la contratación, no que incentive el despido. Zapatero no logra pactar la reforma laboral y se limita a abaratar el despido por decreto. El gobierno de Zapatero es el principal responsable de que haya fracasado el diálogo social. El Decreto llega tarde y mal porque no asegura la creación de empleo. Después de dos años y más de 2 millones de empleos destruidos presenta una reforma parcial, que sólo se centra en abaratar el despido. El gobierno socialista sólo pone parches para contentar a los organismos comunitarios y a los mercados internacionales.
Es una pena que lo que hace por estos no lo haga por tres millones novecientos mil parados, según los últimos datos de primeros de julio. El Decreto no contiene medidas que ayuden a la estabilidad en el empleo y a la competitividad de la economía. El Decreto del gobierno socialista no es una auténtica reforma laboral, ya que no habla de convenios colectivos ni de formación. El texto del Decreto es confuso, lo que de entrada hace difícil valorar su alcance y aplicación práctica. El Decreto se centra en facilitar despidos más baratos, sin profundizar en las necesidades reales del mercado de trabajo como: La negociación colectiva, la formación profesional, mecanismos adecuados de flexibilidad interna y adaptación a las empresas.
Las únicas medidas destacables del Decreto son: Profundizar en la aplicación del contrato de fomento a la contratación indefinida (33 días de indemnización) creado por el Partido Popular en 1997, con el apoyo de los interlocutores sociales dentro del diálogo social.
La gran profesionalidad y dedicación de los funcionarios españoles ha carecido de una adecuada dirección política del gobierno de Zapatero.
Con todo esto el Partido Popular sigue ayudando al Gobierno de España, absteniéndose en la votación del decreto para la reforma laboral, de esta forma en su tramite parlamentario poder modificar toda y cada una de las barbaridades que el Gobierno de Zapatero había realizado.
Esperamos que en este trámite parlamentario Zapatero aprenda, haciendo caso a los que buscan el bienestar de los españoles sin perjudicarlos ni hipotecando su futuro y el de sus hijos.
Que no piense Zapatero que la euforia con la selección nacional de futbol (la roja) los ciudadanos olvidan los problemas de España.