Esta semana comienzan los Cursos de Verano de la Universidad de Granada, en colaboración con la Consejería de Educación y Cultura de la Ciudad Autónoma de Ceuta. En este caso se van a celebrar dos. Uno sobre las funciones y las disfunciones del sueño, en la sede de la Escuela Universitaria de Enfermería. El otro, sobre el panorama socioeconómico de Ceuta, presente y futuro, en la sede de la Facultad de Educación y Humanidades. La UNED también comienza los suyos. Más adelante, en Septiembre, se celebrarán otros cuatro cursos sobre temas tan variados como la educación para la sostenibilidad, la actuación ante los accidentes en el ámbito escolar infantil, el marketing en el siglo XXI y la investigación en educación en el contexto español.
Evidentemente, estos cursos se dirigen a todo tipo de público. No sólo a estudiantes. También a profesionales de la educación, o de otros ámbitos. A jubilados con deseos de seguir aprendiendo. A personas sin ocupación que deseen adquirir formación en alguno de estos aspectos. Y es que los efectos beneficiosos que el aprendizaje continuo tienen para la mente humana están ya investigados y contrastados. También para el espíritu. Y para el desarrollo de las sociedades.
En una información publicada el pasado viernes 2 de julio, en el Diario El País, titulada 'El fin del derrotismo', la redactora Maite Rico muestra los resultados de un estudio del Programa para Desarrollo Humano de la ONU en el que se viene a decir que el avance educativo y las ayudas gubernamentales en la última década han reducido la desigualdad en más de un 1% entre 2000 y 2007, y han configurado un continente de clases medias en América latina, derribándose así todas las previsiones más catastrofistas que se cernían sobre este continente. Según este estudio, los dos factores esenciales que han contribuido a esta situación han sido, por un lado, la expansión de la educación básica y la cualificación de la fuerza laboral, y por otro, el programa de ayudas directas a las familias, condicionadas a la escolarización infantil. Es decir, cosas muy simples y de sentido común.
Evidentemente, aún falta mucho por hacer en este continente. Por ejemplo, intentar acercar los niveles de recaudación fiscal actuales (18% del PIB), a la media de los países de la OCDE (35% del PIB), lo que permitirá a los gobiernos consolidar las democracias y poder reforzar sus políticas sociales, entre las que se encuentran, además de la educación, la sanidad o las prestaciones de Seguridad Social. Sin embargo, resulta muy significativo que se haya llegado a la conclusión de la importante relación que existe entre el gasto en educación y el desarrollo humano.
Pero claro, igual que un incremento en los porcentajes de inversión en educación es importante en países en desarrollo, también lo es en los países más avanzados. Por ejemplo, España es el país con menor índice de inversión de la Unión Europea.
Lo dice la edición de 2009 de las 'Cifras de la Educación en España', según se publica en un informe del Gabinete de Estudios de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras, en la última revista de mayo de 2010.
Así, mientras que en los países de la UE-27 el gasto educativo es del 5,05% del PIB, en España no supera el 4,28%, lo que traducido a cifras de inversión pública, implica que nuestras cifras serían un 18% menos que la media europea, superando sólo a Bulgaria, República Eslovaca, Grecia y Rumanía. Y en lo referente al gasto universitario, el nuestro estaría situado en el 1,1% del PIB, frente al 1,9% de la media de los países de la OCDE.
¿Tiene algo que ver este menor gasto público y privado en educación con los resultados de nuestro sistema educativo?. Evidentemente, a la luz de otros trabajos, y de los indicadores de desarrollo humano de otros países sí. Por esta razón, invertir en educación y en formación es una de las decisiones más sabias y rentables que puede tomar un país. También una Comunidad.
Este es uno de los caminos más seguros para conseguir el desarrollo sostenible, también en Ceuta. Por eso yo animo a seguir financiando estas actividades, y a los ciudadanos a participar en las mismas.