Que mal me sientan las malas noticias y, en la noche del martes, viendo los servicios informativos de Televisión Melilla, cerca de las 22 horas, me enteré de una que, sinceramente, nunca hubiera deseado recibir, aunque por aquello de que el Todopoderoso nos tiene a cada uno el día señalado para su llamada, nos sirva de algún consuelo y resignación cristiana.
Ya te has ido con Él y con tu siempre amado y querido Juan, amiga Isabel Ortiz, madre ejemplar y cariñosa de tus queridísimos hijos, Juan José, Blas Jesús, Maribel y Javier, como igualmente de tus hijas políticas, nietos y demás familiares.
Créeme, estimada Isabel, que estoy muy apenado de tu marcha pero, por otro lado, me consuela saber que a tu llegada al Cielo, junto a Dios Nuestro Señor, te habrá recibido con ese gran cariño que siempre te profesó tu amado esposo y con él, desde allí, velaréis por vuestros hijos y toda la familia que en estos momentos llora inconsolablemente tu irreparable pérdida. Lo mismo que cuantos te conocieron y te trataron porque como mujer, esposa, madre y amiga de tus amigos y amistades, fuiste siempre una gran señora.
Ruego a Dios Todo poderoso que te acoja como te mereces en su Santo Seno y a toda tu familia conceda resignación cristiana para sobrellevar tu ausencia.
Estimada familia Imbroda Ortiz, os expreso mi más sentido pésame.