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El marroquí, con residencia en España, insiste en que alguien forzó el vehículo y le metió la droga
La defensa de A.A., ciudadano marroquí con residencia en Madrid, ha recurrido la sentencia que le ha condenado por un delito contra la salud pública, esto es, de tráfico de drogas. El Juzgado de lo Penal 2 le ha condenado, según informaron a El Faro, a tres años y dos meses de prisión y al pago de una multa de 14.000 euros. Dado que la sentencia no es firme, la defensa del procesado ha recurrido la misma puesto que A.A. insiste en que el hachís que la Guardia Civil halló en su vehículo no era suya.
En el juicio, celebrado a principios de diciembre, el acusado explicó que fue interceptado por los agentes de la Benemérita en el puerto de nuestra ciudad. En el control de embarque de vehículos los agentes hallaron casi diez kilos de hachís en el interior de dos garrafas ocultas entre los asientos delanteros y traseros del vehículo. A. A. explicó al juez que la droga no era suya. Indicó que venía de la ciudad marroquí de Larache con objeto de embarcar en Ceuta a la península y dirigirse a Madrid donde reside. Explicó que al llegar a Ceuta aparcó la furgoneta en las inmediaciones del puerto, en la avenida Cañonero Dato y pasaron varias horas hasta que le tocó embarcar. Fue entonces cuando se percató de que una de las puertas del vehículo estaba forzada, dijo en el juicio, por lo que insistió en que la droga la introdujo “alguien” en la furgoneta. Sin embargo, los agentes actuantes explicaron que una vez descubierta la primera garrafa con la droga, fue el propio conductor el que le indicó dónde estaba la segunda, según la declaración de uno de los guardias civiles.