Pese que el ciudadano puede expresar su voluntad de ser donante mediante la tarjeta que expide Alcer, ésta no es vinculante legalmente y la última palabra siempre la tiene el familiar directo del fallecido. Ante su posible negativa, puede perderse la oportunidad de que alguien en lista de espera pierda la posibilidad de ser receptora.
Para paliar esta situación, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria en Ceuta (Ingesa) y la Ciudad Autónoma estudian la viabilidad de implantar el denominado testamento vital o voluntad vital anticipada. Un documento que vincula, legalmente, el derecho que tiene esa persona a ceder aquellos órganos que todavía son útiles para otros pacientes, de modo que nadie puede contradecir su consentimiento expreso.
Un anuncio que ha tenido lugar en el stand que Alcer ha instalado hoy en la Plaza de los Reyes con motivo del Día Nacional del Donante de Órganos y Tejidos. Una jornada en la que han estado arropados por las autoridades ceutíes.
"Nuestra idea es impulsarlo –testamento vital– y vincularlo con el Hospital Universitario para poder tener un acceso rápido en esos momentos que, para nosotros, son de muy poco tiempo de reacción", ha explicado María Luisa Centeno, coordinadora de Trasplantes de centro hospitalario local. Una base de datos que estaría depositada en la administración autonómica como ocurre en otras regiones de España, en concreto, en seis comunidades.
Por su parte, Rebeca Benarroch, directora general de la Consejería de Sanidad, ha señalado que analizan cómo "articular" este documento de voluntades anticipadas, pero ha reconocido que se enfrentan a cuestiones legales "complicadas" puesto que no existe una normativa a nivel estatal.
Mercedes Medina, presidenta de Alcer, tiene previsto reunirse con la consejera de Sanidad, Adela Nieto, por este testamento vital para donantes.