La intención de esta carta es expresar públicamente la insatisfacción que, como ciudadano de Ceuta, poseo sobre los servicios sanitarios de nuestra ciudad por la atención que tienen con los propios ciudadanos.
Durante cinco días consecutivos, mi nieto, con dos añitos, fue atendido en diferentes instituciones sanitarias (ambulatorio de urgencias, Centro de Salud y en tres ocasiones Hospital Universitario), siempre por un mismo motivo, intensos dolores abdominales con vómitos. Todos los médicos que atendieron a mi nieto durante estas continuas visitas diagnosticaron el típico virus estomacal. Al ver que no remitían los dolores, todo lo contrario, y después de insistir en que no se quedaran en ese diagnóstico y solicitar pruebas, finalmente, y tras un sangrado anal del bebé, le hicieron una prueba muy simple que es una ecografía en la cual se pudo comprobar que, efectivamente, esos dolores no eran ni gases ni espasmos por cólicos, sino que se trataba de una invaginación intestinal en estado crítico con peligro de su vida, tanto, que tuvo que ser evacuado en helicóptero a Cádiz para una intervención quirúrgica urgente. Si el primer día se hubiera realizado esta ecografía (contábamos con los recursos necesarios pero faltaba interés), es muy probable que la intervención quirúrgica no hubiera sido necesaria, y con un enema con contraste líquido se hubiera solucionado el problema (prueba que se le realizó en Cádiz sin demasiado éxito debido al tiempo transcurrido). Lo que sí es seguro es que esos cinco días de dolores fortísimos de mi nieto no se los quita nadie, cuando se podrían haber evitado desde la primera consulta.
El traslado fue en helicóptero, en el cual por cierto, no cabe nadie más que el personal sanitario, por lo que los padres se tuvieron que quedar en tierra y coger un barco mientras su bebé de dos años llegaba solito horas antes al Hospital de Cádiz.
Cuando los médicos allí lo vieron se sorprendieron de que no le acompañará ninguno de los padres pues para intervenir al niño era necesaria la autorización de alguno de ellos, por lo que tuvieron que demorar la intervención hasta que estos llegaron.
Vivimos en una ciudad peculiar, en la que la comunicación con la Península es complicada, las familias no pueden desplazarse en vehículo y estar en poco tiempo en el hospital para acompañar al enfermo y poder autorizar las intervenciones pertinentes, nosotros tenemos que coger transporte marítimo con sus respectivos horarios, por lo que el desplazamiento se hace eterno y más cuando son casos urgentes y, no olvidemos, se trata de un niño de dos años.
Pidamos, en nuestra ciudad, un helicóptero con una plaza más o, en casos de menores, que el helicóptero realice dos vuelos. La seguridad social la pagamos nosotros, los ciudadanos, creo que el presupuesto les da para eso.
Lo que podría haber sido una cosa simple por la tardanza se convirtió en una operación de urgencias que, gracias a la profesionalidad, atención y cariño con que los especialistas de Urgencias del Hospital Puerta del Mar en Cádiz le atendieron, hoy puedo decir que mi nieto está muy bien.
El diagnóstico final que estos médicos de Cádiz dieron fue invaginacion intestinal y apéndice inflamado que tuvieron que extirpar.
Señores, recapaciten y piensen que lo que tienen en sus manos son las vidas de las personas y usen todos los medios a su alcance para poder hacer un diagnóstico correcto y si están cansados por la sobrecarga de trabajo descansen y no hagan tantas guardias y si no hay personal suficiente protesten en dirección y exijan o si no saben o están desmotivados dejen la profesión y dedíquense a otro oficio pero no jueguen con la salud y vida de los demás y a la Dirección decirles que están para ofrecer buena gestión y eficacia asi como solicitar los medios necesarios para poder atender correctamente a los ciudadanos.
Hoy le ha pasado a mi familia espero que no le pase a ninguna otra, los ceuties no nos merecemos pasar por todo esto.