Si bien Obimasa terminó hace unos días la campaña de la procesionaria por la cual se eliminaron 2.235 nidos en distintas zonas de los montes ceutíes, muchos ciudadanos han denunciado la presencia de esta plaga en zonas urbanas que no han sido totalmente erradicadas.
El gerente de Obimasa, Juan Carlos Lara, ha explicado que la plaga ya se encuentra controlado y que ahora es la época de la eclosción de la mariposa, totalmente inocua para la salud de personas y animales. “Lo que ven los ciudadanos son los capullos que aparecen una vez que las orugas han bajado del árbol y se han enterrado para pasar a convertirse en mariposa”, explica.
Pese a que el riesgo ya ha quedado atrás, todavía existen zonas en las que la procesionaria aún no ha experimentado la transformación con lo que el peligro sigue latente. San Amaro, el colegio Juan Carlo I o el pantano continúan sufriendo la plaga de esta oruga. “Aunque la campaña ya ha terminado, nos trasladamos en cualquier momento del año cuando nos llamen para alertarnos de que aún tienen la plaga”. El retraso en la transformación de oruga a mariposa se debe a las excepcionales condiciones climatológicas de este año. “Hace calor y por eso, las orugas tardan más en construir el capullo del que saldrá la mariposa”, asegura Lara.
En las zonas de San Amaro y el pantano también ha sido necesario realizar un repaso de las actuaciones ya acometidas con anterioridad, debido a la aparición de la típica ‘procesión’ de orugas que da el nombre a esta plaga.
No obstante, Lara hace un llamamiento a la calma en cuanto las bolsas que aún permanecen en los árboles, y que pueden dar origen a alarmas injustificadas, se encuentran vacías. “Aunque sigan colgadas, hay que decir que las orugas ya han bajado para enterrarse y proceder a su transformación”.
En la erradicación de los últimos restos de estas orugas, Obimasa cuenta con la colaboración de Parques y Jardínes y la Brigada Forestal, a los que, en ocasiones, se suman las Brigadas Verdes de la Federación de Vecinos.
El número de bolsones es menor que otros años
Desde Obimasa han asegurado que el número de bolsones de procesionaria localizados este año es menor al de otras ediciones. Ello se debe a los efectos de los dos graves incendios acaecidos en los dos últimos años (julio de 2014 y octubre de 2015), que afectaron a pinares que habitualmente albergaban numerosas colonias de procesionaria.
En cualquier caso, los niveles se mantienen estables desde los últimos ocho años.