La Guardia Civil interceptó en la mañana de ayer a 8 subsaharianos tras embarrancar en la playa del Desnarigado después de que huyeran a la carrera por el Hacho. Otros tres componentes del grupo, en el que viajaban dos mujeres, llegaron por sus medios a la Jefatura Superior.
Entremezclados con los barcos de pesca que ayer copaban las bahías, once inmigrantes subsaharianos consiguieron llegar en la mañana de ayer hasta la playa del Desnarigado. Nada más embarrancar, huyeron a la carrera del lugar dispersándose por distintos puntos. Cuatro fueron localizados por patrullas de la Guardia Civil cuando, a duras penas, intentaban subir la cuesta; otros cuatro fueron detectados a la altura de la planta de residuos a donde habían llegado corriendo. Los tres restantes se presentaron por sus propios medios en la Jefatura Superior, después de ocultarse por el monte asustados ante una temida expulsión.
Los componentes de esta travesía, entre los que se encontraban dos mujeres, presentaban síntomas leves de hipotermia, alguna contusión y mucho cansancio. Ésta era sin duda la nota común junto con el miedo. No sabían dónde estaban ni qué les iba a pasar, por eso intentaron la escapada nada más alcanzar la playa de la Potabilizadora.
El Servicio Marítimo de la Guardia Civil y las patrullas terrestres se coordinaron para localizar a los inmigrantes y recuperar la embarcación de recreo a motor empleada, de nombre Hudaifa y matriculada en Ceuta. Todavía ayer no se había denunciado su robo por lo que la Benemérita se hizo cargo de la misma procediendo a su traslado al puerto deportivo. La embarcación presentaba una vía de agua importante debido a la brusquedad de su travesía y a los golpes sufridos por lo que resultará complicado que pueda volver a reutilizarse.
El primer grupo de cuatro inmigrantes, en el que iban dos mujeres, fue atendido por los guardias civiles que llegaron en patrullas hacia la playa. Fueron ellos mismos los que le ofrecieron la única manta térmica que tenían en el vehículo hasta la llegada, más tarde, de las ambulancias del ERIE de Cruz Roja. Agotados, los dos hombres y mujeres quedaron tendidos en el suelo después de no solo la carrera por el Hacho sino la acumulación de horas que llevaban en el mar, sin moverse siquiera para evitar que la embarcación naufragara.
El segundo grupo de otros cuatro varones fue alcanzado por las patrullas a la altura de la planta de residuos. Allí mismo fueron filiados por los agentes hasta la llegada de las ambulancias. Los propios guardias les ofrecieron el agua que tenían mientras se esperaba la llegada de la institución humanitaria. Poco después de las 11.00 horas todos los subsaharianos eran trasladados en un vehículo de Cruz Roja hasta la explanada del cementerio de Santa Catalina en donde se procedió a su examen sanitario, entrega de ropa y alimento, hasta su posterior traslado a la Jefatura Superior. En ese momento la Guardia Civil aún no había localizado a los tres subsaharianos que faltaban, y de cuya existencia sabían por las propias declaraciones de los inmigrantes. El trío optó por presentarse por sus propios medios en la sede policial del Paseo de Colón en donde se les prestó la atención sanitaria básica.
Los inmigrantes manifestaron proceder de Mali, Guinea Conakry, Liberia y Sudán y pasarán a ser acogidos en el CETI del Jaral al igual que el resto de compañeros que han ido llegando en los últimos días. El ERIE de Cruz Roja ha atendido a 35 en el transcurso de la última semana y a casi 90 en un mes.
La noticia de ayer contrasta con la tragedia acontecida en Marruecos, tras el rescate de los cadáveres de once inmigrantes subsaharianos tras naufragar la patera en la que viajaban y que buscaba el avión de Salvamento Marítimo Sasemar 101, tras recibir una alerta de una ONG.