Las primeras atenciones a los inmigrantes llegados a Santa Catalina la dieron ciudadanos de a pie como Francisco que venía de hacer deporte y se topó con dos inmigrantes chorreando en San Amaro. Les preguntó si había más y ante su afirmación acudió al lugar.
Junto a los trabajadores de Jardines que cuidan Santa Catalina acudió a las rocas sacándolos con una escalera. Allí estuvieron también Manuel e Hitman, recién salidos de guardia, que no dudaron en ayudar a los demás compañeros. Al ver que faltaba un inmigrante bajaron
a las escolleras y se metieron en el agua. Dieron sus chaquetones y mantas a los rescatados. Los trabajadores de la zona les repartieron comida y café. Solidaridad.