Gómez de Zamalloa, histórico del Grupo y ceutí de adopción, fue recordado anoche en el Casino Militar por los dos autores de su biografía, ‘Soldado en cuatro guerras’
“Un héroe. Un gran patriota. Un amante de su familia”. De tal manera definen Pablo Segarra, doctor en Historia, y Jaime Barriuso, suboficial de Infantería, a Mariano Gómez de Zamalloa y Quirce, figura emblemática de Regulares y comandante en su día del Grupo número 3, precedente al actual 54.
Así, sobre su vida y obra disertaron en la tarde noche de ayer ambos expertos en el Casino Militar, en un acto que sirvió para presentar a la sociedad ceutí el libro que han escrito sobre Gómez de Zamalloa, titulado ‘Soldado en cuatro guerras’, y que se encuadra dentro del programa de eventos por el ‘Día de Homenaje del Veterano Regular’, que reúne hoy a la familia castrense en González Tablas para llevar a cabo un tradicional ‘Viernes Regular’. El acto de anoche contó con la presencia de la nieta del propio Gómez de Zamalloa y tuvo en las palabras del coronel Luis Manso López–Marizatt, director de la Cátedra Militar de Cultura, acerca de la historia Regular una magnífica coronación.
“El tiempo de España”, comentan ambos autores, “se convierte en historia a través del tiempo de cada hombre y mujer que haya desplegado su existencia al calor de la patria. Con una trepidante biografía, Mariano Gómez de Zamalloa y Quirce fue único en su género. Entregado a la defensa y engrandecimiento de España en la carrera de las armas, su vocación castrense le llevó a combatir, durante el pasado siglo XX, ¡en cuatro guerras!, algo insólito: la campaña de África, la Guerra Civil, en Rusia con la División Azul y la guerra olvidada de Ifni-Sahara”, hacia la que, por cierto, partió de nuestra ciudad “en coche”, cuentan.
Fue también en nuestra ciudad donde el militar Regular fue condecorado con la más alta distinción castrense, la Laureada de San Fernando, “que, de alguna forma, corrobora de manera oficial y para siempre su condición de héroe”. Esta imposición aconteció el 8 de diciembre de 1940.
Respecto al vínculo afectivo que Gómez de Zamalloa mantuvo a lo larga de su vida con Ceuta, Segarra y Barriuso señalan que “fue intenso, pues aquí (en Ceuta) vivió 17 años, conoció a su mujer y nacieron sus hijos” y añaden al respecto señalando que “estas circunstancias se quedan siempre en la memoria, pero más todavía a alguien que era muy sentimental y amante de su familia”, destacan.
Precisamente el “gran corazón” del héroe Regular, a entender de sus dos biógrafos, lo que le llevó “a dejarse la vida por España”.