La Policía Nacional mantiene abierta una investigación para conocer cómo se produjo el incendio que obligó a desalojar los calabozos de la Jefatura Superior en la tarde del pasado domingo.
El incendio pudo haber desencadenado una tragedia pero la rápida intervención de los agentes del CNP que estaban de servicio lo impidió. De hecho, tal y como ayer publicó este medio, fue uno de esos agentes el que sacó a un menor tras darse cuenta de su falta en el traslado de los detenidos a otras dependencias. Tanto el policía como el adolescente tuvieron que ser atendidos por inhalación de humos.
El autor del incendio estaba apartado del resto de detenidos debido a su carácter violento, ante el temor policial de que, de tenerlo en contacto con los demás, pudiera causar más incidentes. Tal y como han informado fuentes policiales, había sido detenido por extranjería, tras haber sido interceptado en la ciudad comprobando que tenía una orden de prohibición de entrada en territorio español. Su próximo destino iba a ser el de su inmediata expulsión a Marruecos, actuación que no pudo llevarse a efecto ante el caos originado y del que, ahora, deberá responder penalmente.
El incendio de ayer pudo haber tenido consecuencias trágicas debido a la gran cantidad de humo acumulado y la cantidad de detenidos que se encontraban en las celdas, una decena. Ahora la Policía indagará en el origen de las llamas aunque todo apunta a que fue originado con ayuda de unos papeles calentados con la luz del foco cuya llama terminó alimentando la quema de una colchoneta.
Los calabozos de la Jefatura están inutilizados.