Ocho inmigrantes de origen subsahariano alcanzaron ayer el Desnarigado a bordo de una embarcación que logró tocar tierra en torno a las 11:30.
El grupo, integrado por seis hombres y dos mujeres, fue interceptado por la Guardia Civil, que puso en marcha el protocolo habitual antes de trasladarlos hasta las dependencias de la Policía Nacional para que le tomaron nota de sus datos y países de procedencia. Hasta el lugar se desplazó también una ambulancia de Cruz Roja con la dotación habitual (tres técnicos sanitarios y otros tantos voluntarios) que certificó el buen estado de salud de los recién llegados. Ninguno requirió asistencia médica ni fue necesario trasladarlos hasta el Hospital. El grupo habría partido desde la costa de Marruecos sólo unas horas antes para bular posteriormente la vigilancia y lograr desembarcar a la altura del Desnarigado. Menores todos de 30 años, entre los ocho compañeros de viaje había ayer hasta cinco países diferentes de procedencia: cuatro de ellos emprendieron el camino desde Guinea Conakry –uno de los focos emisores de inmigración más comunes entre quienes logran entrar en Ceuta–, y el resto se repartían entre Guinea Bissau, República Democrática del Congo, Sudán y Costa de Marfil. Una vez certificado el buen estado de salud por parte de Cruz Roja, la Guardia Civil condujo a los subsaharianos hasta la Jefatura Superior de Policía del Paseo Colón. Posteriormente fueron trasladados hasta el CETI, donde ahora les espera aguardar la posibilidad de dar el salto a la Península cuando Interior decrete su salida. La última llegada de inmigrantes a plena luz del día se produjo el pasado día 9, cuando los agentes de la Guardia Civil interceptaron pasadas las 15:30 horas a diez inmigrantes subsaharianos después de que llegaran hasta la cuesta del Recinto sin ser vistos y emprendieran, asustados, la huida. Una embarcación los introdujo en esta zona, aprovechando la repentina niebla registrada ese día y que terminaría convirtiéndose en el camuflaje perfecto para el pase.