De muchas y variadas cosas habló el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, en nuestra ciudad durante su comparecencia conjunta con el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas.
Algunas de ellas se esperaban, como el apoyo a las tesis del ejecutivo ceutí para bajar los tipos del IPSI para dinamitar la economía y en especial el comercio; otras se intuían, como buscar un conjunto normativo que permita agrupar en un solo texto todas las ayudas estructurales con las que cuenta Ceuta como la compensación por menores ingresos del IPSI, que ya tiene rango legal, pero a las que se les unirían el convenio para la producción de agua, el conocido como MEC-Ciudad y el de apoyo al CERMI, pero también salió a la plaza con la intención de apoyar clara y decididamente a la autonomía de nuestra ciudad. Todos sabemos que el ejecutivo de Vivas se enfrenta ahora mismo a un problema de organización interna por cuanto una serie de sentencias han declarado nulos los nombramientos de viceconsejeros no electos. Más allá del propio hecho juzgado, lo que siempre ha defendido la Ciudad Autónoma era que se estaba poniendo en duda la misma autonomía y que esas sentencias estaban comparando a la Ciudad Autónoma como un Ayuntamiento más. Pues bien, de esa misma posición comulga el secretario de Estado para Administraciones Públicas. Envió tres mensajes muy claros: el primero de ellos consistía en que el Gobierno de la Nación estaba dispuesto a llegar hasta donde fuera necesario para defender que Ceuta es una ciudad autónoma y es más que un Ayuntamiento; el segundo mensaje era que quienes ponían en duda ese concepto estaban atacando a las leyes del Estado y el tercero dirigido a los políticos que han aplaudidos las sentencias judiciales y a los propios jueces que las han firmado, aunque sin nombrarlos. Desde luego, quien no quieran darse por aludido, lo va a tener más que difícil porque más claro, imposible.