El nuevo mando, Antonio Varo Gutiérrez, vivió por vez primera el tradicional acto, celebrado en González Tablas l En su discurso, recordó hechos heroicos
El acuartelamiento González Tablas acogió ayer el primer ‘Viernes Regular’ del año, tradicional acto de la unidad que, también, supuso el debut de su nuevo coronel jefe, Antonio Varo Gutiérrez, en una ceremonia tal. Nombrado a finales del año pasado nuevo mando del Grupo Regulares de Ceuta nº54, por orden del Ministerio de Defensa, cargo que juró el 19 de diciembre ya en Ceuta, Varo Gutiérrez vivió ayer una jornada que, a buen seguro, le será recordada tan lejos como le alcance la memoria.
De tal modo, ante un patio de armas de González Tablas golpeado por el viento del mediodía azul, la familia regular mostró, de nuevo, la pasión que siente por esa capa, por esos colores, por esa historia. Así, a través de los altavoces, se recordaron hechos históricos y heroicos de la unidad, y se entregaron las debidas recompensas a efectivos que dieron mucho por el grupo. En este marco, tomaron especial énfasis e importancia las palabras que, durante su alocución, pronunció el coronel jefe, quien quiso poner de relieve la altura de unos de los militares más míticos de la unidad, el cabo regular Mariano Fernández Cendejas: “Digo es, y no era, porque lo héroes siguen presentes, no mueren en nuestra memoria. Eses el premio a su sublime entrega por la patria”.
Acto seguido, tras narrar los hechos que convirtieron en héroe a Fernández Cendejas, Varo Gutiérrez habló directamente, como mirando a los ojos, a todos los efectivos presentes: “Vuestro compañero de empleo sabía que iba a entregar su vida. No le importó. Ante la ausencia del mando, cumplió el propósito del mismo, se preocupó de sus hombres y luchó con inteligencia y valor hasta el límite de sus fuerzas”. “El combate hoy en día es disperso, un combate donde los empleos más bajos cobran mucha importancia”, señaló, para añadir al respecto que “por ello os pido a todos, desde soldados a oficiales, que estéis preparados para cuando la patria nos llame y tengamos que demostrar lo que se nos supone: bizarría y valor. No podemos traicionar la memoria de aquellos que elevaron el prestigio de este Grupo de tal forma que era admirado por el resto del Ejército y temido por sus enemigos. Es un deber de gratitud hacia aquellos que tiñeron con su sangre el rojo de nuestro Tarbuch”.
Ante el público, compuesto por familiares, amigos y militares, se habían desplegado ya las cinco unidades participantes, comandadas todas por el teniente coronel jefe de la PLMM del Grupo de Regulares de Ceuta nº54: Escuadra de gastadores del Tabor Tetuán I/54; nuba del grupo de Regulares de Ceuta nº54; unidad de música de la Comandancia General de Ceuta;mando y ‘PLM’ del Tabor Tetuán I/54 y cuatro compañías del Tabor Tetuán I/54.
A continuación, se incorporaron a la formación los guiones del Grupo de Regulares Nº54 y del Tabor Tetúan, eso fue justo antes de que las unidades rindieran honores a la bandera del grupo, trasladada y ubicada hasta su puesto en formación. Antes de que sonaran los acordes del himno nacional, se hizo el silencio en el patio del acuartelamiento y adoptaron posturas rígidas, con la mirada al cielo, cada uno de los militares presentes. A continuación, la bandera se trasladó a un lugar preferente del centro del patio resaltando con su presencia rojigualda los actos que prosiguieron el ‘Viernes Regular’, también intensos en emotividad.
Desde este momento, el acto derivó indefectiblemente en una preciosa ceremonia solemne en la que se homenajeó a los que dieron su vida por España, a los regulares laureados en la campaña de Marruecos y en la que se entonó el himno de regulares, antes de que concluyera un viernes más sentimental si cabe de lo normal. Y, si no, que se lo pregunten a Varo Gutiérrez.
La familia regular se dio cita una vez más en el cuartel
Demasiadas semanas hacía sin que se celebrara la gran ceremonia regular, de ahí que en plena simbiosis con la mirada emocionada de los efectivos desplegados, los asistentes al acto siguieran con suma atención uno y otro paso. Como marca la tradición, el ‘Viernes Regular’ se celebró en el acuartelamiento González Tablas, en un mediodía más soleado de lo que vaticinaba la tenue luz del amanecer. Así, con sol y sombra en el patio, la luz alcanzó para alumbrar un acto de formación militar en la que participaron las diferentes unidades que componen el Grupo de Regulares Ceuta 54. Tras un ‘buenos días’ y un ‘sean todos bienvenidos’ que atronó a través de un altavoz, de inmediato se desplegaron ante el público, compuesto por familiares, amigos y militares, las cinco unidades participantes.