Cerrado el capítulo de las alabanzas a las iniciativas colocadas sobre la mesa por el sector empresarial, Emilio Carreira advirtió de que “de vez en cuando también nos despachamos con malas noticias, porque no todo pueden ser fuegos artificiales”.
Estaba a punto de deslizar una crítica con destinatario fijo: las tres compañías que operan en la línea del Estrecho. A las navieras las señaló de forma directa porque “a veces no ayudan en momentos clave para que se produzca la cuadratura del círculo”. Sin citarla, la política de precios, que se disparan en fechas señaladas como ha ocurrido ya en vísperas de Navidades, con anulación de descuentos a familiares de residentes incluida, flotaba en el ambiente. Pese a ello, aseguró que “seguiremos hablando con las navieras, con las que el director de Turismo tiene conversaciones permanentes, y yo mismo, para que no nos echen de vez en cuando gotas de agua fría en el jarro que pretendemos calentar”.
En el segundo obstáculo coincidieron todos los presentes: Ceuta no puede pretender atraer turistas hacia sus comercios si la imagen que ofrece es similar a la de los establecimientos cerrados a cal y canto que escenificó durante el tramo principal del último puente festivo. El consejero con competencias en Economía y Hacienda asumió que “la Ciudad debe fomentar la apertura de los comecios con su capacidad de intervenir”, que no es otra que “estableciendo normas, con rango de decreto, para que eso sea posible”. La Administración sienta las bases pero, avisó, el sector comercial debe echar el resto, no el cierre en los festivos. “Si queremos convertir Ceuta en un lugar atractivo, tener comercios abiertos es esencial. Este puente Ceuta estaba complementamente cerrada. Es verdad que se ha podido producir un éxodo de ceutíes que se van a otros lugares cuando llega el puente, como ocurre en todos los sitios, pero también es verdad que se puede producir una llegada de personas que vienen, sobre todo los de más cerca, y es una pena que puedan encontrar una ciudad que no dé respuestas”, lamentó.
En esa misma línea, el máximo representante del Centro Comercial Abierto, Ernesto Valero, había asumido minutos antes que la estampa de los establecimientos con la persiana bajada fue hace días “triste”. Y el director de Servicios Turísticos, José Manuel Doncel, también incidió en que la estrategia turística tiene entre sus cimientos la libertad de horarios como incentivo al servicio de empresarios y visitantes, pero alertó de que esos mimbres caerán en saco roto si la apertura cuando el calendairo indica una fecha en rojo no es efectiva. “Pido un esfuerzo a todos los sectores, a la Cámara de Comercio y a la Confederación de Empresarios, para que transmitan a sus socios que la apertura en fines de semana es fundamental para la fidelización de quien nos visita”, transmitió.
En el plato positivo de la balanza colocó Carreira la innovación y la importanción de nuevas fórmulas, como el reciente Black Friday, y auguró una reactivación económica inmediata “después de lo mal que lo hemos pasado”.