El PSOE desplegó ayer un puñado de sillas sobre la acera y utilizó un banco de piedra como mesa improvisada para sostener un televisor de plasma.
Era parte de la puesta en escena elegida para dar forma, en la Plaza de la Jota, a la “asamblea abierta” con la que su secretario general, José Antonio Carracao, decidió someterse al interrogatorio público de cualquier interesado en conocer sus propuestas para mejorar la ciudad. El acto aventuraba cierto aroma a munición preelectoral, aunque el calendario se empeñe en constatar que al camino hacia las urnas aún le restan cinco largos meses de recorrido. No opinaba lo mismo el protagonista, que unos minutos antes de agarrar el micrófono había insistido en que su propuesta “de conversación franca, real y cercana” era una evidencia más del contacto directo mantenido con los vecinos durante los últimos años.
Con la vista puesta o no en mayo, la iniciativa de los socialistas congregó a unos 40 ceutíes. Y de ellos, mayoría absoluta de cargos del partido, militantes y simpatizantes de toda la vida. El Carracao quiere escucharte sedujo poco más allá de los fieles. Sin espontáneos ni viandantes que se sumasen, el acto tomó cuerpo de cónclave interno de Daoíz, aunque sin techo.
El vídeo no funcionó y el líder del PSOE local se negó a sentarse en el taburete para ganar en proximidad. Se colocó en el centro del corro sin, aseguró, conocer las preguntas de su audiencia ni los mensajes que habían llegado a través de internet, garantizando así “la espontaneidad”. “No soy un oráculo ni vengo a dar respuesta a todo”, confesó, “sino a mantener una conversación y a intentar aportar una opinión sincera”.
Así, con la noche cayendo y el frío amenazando, durante algo más de una hora desgranó propuestas y las soluciones con las que afrontaría los problemas que quitan el sueño a los ciudadanos en el caso de que la mayoría del censo electoral le entregue esa responsabilidad en unos meses. Por ejemplo, desveló que su hipotético Gobierno tendría ocho consejerías –las mismas que en la actualidad– y que ni los consejeros ni el presidente cobrarían indemnizaciones por asistir a los plenos.
Entre las respuestas, críticas al Gobierno del PP y una defensa cerrada del sector público contra lo que consideró “efectos de 20 años de gobierno de la derecha en la ciudad, en la que siguen existiendo los mismos problemas”. Por ejemplo, el sanitario, “devaluado desde que hizo acto de aparición el señor Rajoy en la Moncloa” y para cuya mejora recomendó al Ejecutivo que encabeza Juan Vivas que sea “exigente” en Madrid “para ganar en recursos económicos y de plantilla”. Como ejemplo, citó un caso personal: cuando tuvo que trasladar a uno de sus hijos hasta Cádiz por la carencia, aseguró, de una UCI pediátrica que le atendiera. “Yo estoy dispuesto a batallar y a exigir que eso se solucione por todas las vías democráticas, incluso personándome en los ministerios”, anunció.
Por la Jota desfilaron también los problemas que acechan al sector del taxi, a los enfermos dependientes o al Príncipe, para el que se comprometió a aprobar si gobierna un “plan de inversión plurianual” que acabe con la “brutal diferencia” de servicios e infraestructuras respecto al centro “en apenas cuatro o cinco kilómetros de distancia”. También apostó por que los empleados de cualquier convenio suscrito por la Ciudad pasen un examen para que éstos acuerdos dejen de funcionar como un “ven para acá que te puedo colocar”.
El Consejo del Mayor, los intentos de privatización de servicios públicos, la eterna promesa de la pista de atletismo... Carracao pasó repaso a su ideario entre militantes en un formato que, confirmó, reeditará en las próximas semanas.