El tribunal de la Sección VI de la Audiencia absolvió ayer a un subsahariano de origen senegalés llamado Ousmine N. de un delito contra los derechos de los extranjeros, por el que el Ministerio Fiscal le pedía 7 años de cárcel.
La Sala dictó sentencia ‘in voce’ al entender que no existía prueba de cargo suficiente para considerar que el joven era el patrón de la embarcación, cargada con otros 14 inmigrantes, que, el pasado 5 de abril, terminó destrozada en las rocas de La Bolera. La representante del Ministerio Fiscal anunció su intención de recurrir el fallo ante una instancia judicial superior.
Ousmine N., preso desde ese día tras ser señalado por la Guardia Civil como el patrón de la neumática, negó en todo momento que él fuera el piloto o que, con sus maniobras, hubiera puesto en riesgo la vida de sus compañeros, entre ellos una embarazada de gemelos, al huir de la patrullera del Servicio Marítimo.
En su declaración, en la que tuvo que ser asistido por un intérprete conocedor específico de su lengua, Ousmine dijo ser un inmigrante más del grupo y apuntó a la figura de un marroquí que les abandonó a medio camino como la del patrón. Él había pagado 450 euros por tener una plaza en esa travesía con otros 14 subsaharianos más de Mali o Guinea a los que ni conocía. Ousmine negó llevar el mando de la lancha, haber huido de la Benemérita desde que ésta le localizó en la zona de la Ribera hasta embarrancar frente a San Antonio, o haber puesto en riesgo la vida de todos los inmigrantes. “No es verdad”, insistió una y otra vez. ¿Por qué la Guardia Civil le dibujó entonces como el patrón? Ousmine no pudo responder, ya que insistió en no haber realizado siquiera gesto alguno que hubiera podido dar a entender que él era un traficante de personas y no una víctima de la inmigración.
Dos agentes de la Guardia Civil pertenecientes al Servicio Marítimo prestaron declaración, pero solo uno pudo señalar al acusado como el patrón de la neumática. Aseguró haberlo visto claramente, sin tener duda alguna sobre el papel que esa mañana del 5 de abril desempeñaba Ousmine. Describió aquella travesía como arriesgada debido a las maniobras evasivas del patrón, hasta el punto de que, tras perder el motor, la embarcación terminó hundiéndose. El agente se tuvo que tirar al agua para poder sacar a una embarazada que pudo haberse ahogado, según su testimonio. “Está totalmente identificado”, señaló, aludiendo al acusado. Sin embargo su compañero de Unidad manifestó que no podía concretar best online casino quién era el patrón, “no sería capaz de reconocerlo”, apuntó, chocando ambas testificales.
De los distintos subsaharianos que fueron llamados a declarar como testigos, solo lo hizo uno ya que el resto hablaba únicamente su lengua de origen. El único que lo hizo no reconoció al acusado como patrón de la lancha, aunque tampoco situó nunca con el grupo al supuesto marroquí que les habría abandonado en plena travesía. La Sala entendió que no había pruebas de cargo suficientes.
Travesía de riesgo: el rescate de Cadi, embarazada de gemelos, protagonista
La imagen de la joven Cadi, embarazada de gemelos, siendo rescatada por los agentes de la Benemérita fue protagonista aquella jornada en la que se escribió una nueva crónica de riesgo en aguas del Estrecho. Cadi acabó en el Hospital, en donde, meses después, consiguió dar a luz a sus dos hijos. Aquella mañana terminó aferrada a los restos que habían quedado de la embarcación, muy cerca de las rocas de la playa situada en los bajos de San Antonio. Un agente del Marítimo se arrojó al mar para ayudarla, junto a más guardias, consiguiendo llevarla a la zona más segura en donde Cruz Roja llevó a cabo la atención de los subsaharianos. Los ocupantes de la embarcación habían partido de Marruecos y prácticamente no se conocían entre sí, salvo que habían vivido en las montañas próximas a la espera de poder cruzar. Ousmine es, a ojos del tribunal, un inmigrante más de este grupo, con lo que su actitud no es objeto de reproche penal alguno. Su historia de cruel pasador terminó ayer mismo en la Audiencia.