Navarro Otero, teniente coronel al frente en 1993 de la Compañía Alba, disertó acerca de la misión
“Cuando llegamos, no había un solo edificio que no estuviera afectado, un parque en pie y un único puente seguía activo”. De tal manera definió ayer el teniente coronel Antiguo Caballero Legionario José Luis Navarro Otero el estado en el que encontró la antigua Yugoslavia en 1993 al llegar al frente de la Compañía Alba.
“La guerra de bosnios y croatas contra los serbios fue tremenda y los efectos eran más que visibles, todo dentro de un clima de tensión más que creciente”, rememoró el teniente coronel en la primera de las charlas ofrecidas dentro del marco de las III Jornadas de Tradición Legionarias de Ceuta, evento que concluye en la tarde noche de hoy.
Navarro Otero, quien lideró con éxito la mencionada compañía, sacó de la memoria otro recuerdo: el frío y el mal estado de las carreteras. Según señaló, estos inconvenientes “molestaron también a la hora de llevar a buen puerto la misión”, un cometido que detalló mediante imágenes que se proyectaron durante su ponencia.