“Independientemente de que en nuestro país se desarrollen actividades en los centros enclavadas en el marco de la multiculturalidad o de la interculturalidad, la cuestión”, destacaron ayer Pino y Celaya, “es que el profesorado, con mayor o menor formación y recursos, intenta poner en marcha acciones que faciliten la acogida y promuevan la
inclusión del alumnado inmigrado, fomentando a la vez una educación intercultural dirigida a todos los estudiantes”.
Para los ponentes “es fundamental” apostar por una metodología que tome en cuenta “el bagaje del alumnado” y, “más que enseñar la interculturalidad, vivirla desde la diversidad que aporta el propio contexto”.
Desde su punto de vista también es “esencial” el “concebir el proceso educativo desde una perspectiva integral que no se quede en lo estrictamente cognitivo y que aborde o socio-afectivo y lo emocional”. Para ello es necesario “utilizar estrategias metodológicas que promuevan la interacción en el aula”.
Desde esa óptica se puso de relieve que “la relación con otros agentes educativos no se ciñe exclusivamente a la participación en el proceso de enseñanza y aprendizaje de expertos, sino que puede y debe incluir también a familiares y otras personas, más o menos cercanas al centro, que puedan aportar lo que son y representan al contexto del aula”.