¿Qué pasa detrás de la mente de un menor para que con solo 14 ó 16 años termine implicado en un homicidio? La detención, el pasado viernes, de dos adolescentes en el marco de las investigaciones abiertas por la Policía Nacional para esclarecer el crimen del marroquí Said Abriual ha reabierto este debate.
En la agresión ocurrida a las 6.00 horas del pasado lunes participaron, además de los detenidos, otros dos menores más que están también identificados.
De momento la Fiscalía ha adoptado medidas cautelares ordenando su ingreso en Punta Blanca, más adelante deberán responder ante el juez de un delito de homicidio.
No es este el primer caso al que se enfrenta la Policía y con el que, después, tiene que lidiar el equipo de Menores. Por Punta Blanca han pasado otros adolescentes arraigados en la ciudad, pertenecientes a familias asentadas en Ceuta, pero que han terminado implicados en muertes causadas con arma blanca o pistola. Es el fruto de la pérdida de un referente en la vida y la reorientación de los patrones a seguir por caminos delincuenciales en los que adultos ya implicados en la práctica habitual de delitos terminan siendo sus ejemplos.
La utilización de menores para la ocultación de pistolas, para el robo de vehículos o el tráfico de hachís es un hecho. Esto termina por generar nuevos delincuentes que no alcanzan la mayoría de edad y que son, a sabiendas de ello, explotados por adultos. Los robos, el tráfico de estupefacientes, las agresiones, la participación por complicidad en delitos de mayor calado terminan apareciendo en escena.
En la declaración inicial prestada por el detenido de 16 años en instancia policial, reconoció el apuñalamiento que causó la muerte a Said Abriual, de solo 24 y a quien solo le faltaba unos meses para formar una familia, tras comprometerse con una joven ceutí. Una agresión que, dijo, fue posterior a un intento de robo que causó el enfrentamiento de víctima y autor, terminando con la mortal puñalada que le fracturó el esternón. Tal y como ayer adelantó El Faro, ya en fase judicial se ratificó en el uso del arma aunque matizando que no sabía las consecuencias que tuvo su acción.
El escenario de este crimen (el entorno del Tarajal) es objeto de robos continuados contra porteadores y trabajadores. Detrás están las bandas y el poder de sus cabezas para hacer que un adolescente que debiera estar en un instituto termine convirtiéndose en un delincuente más.