La falta de información, la retirada sin aviso de barcos para atender la ruta de Tánger, la inexistencia de horarios... Si mezclamos todo en una batidora sale un único producto: el malestar de quienes dependen en exclusiva de la línea marítima, de los ceutíes.
“Esto es un cachondeo”, explicaba Isabel, madre de un joven que el viernes tenía que haber enlazado el barco de Acciona que partía de Ceuta con una línea de autobús en Algeciras para llegar a Madrid y terminó viéndose solo, aislado en el puerto algecireño sin saber qué hacer ni a dónde ir. Como él muchos otros. Personas que tenían una previsión de enlaces que se echó a perder toda vez que se produjo un incumplimiento genérico de todos los horarios.
En un claro ejemplo de ‘sálvese quien pueda’, quienes tenían que marchar de Ceuta o los que, a la inversa, regresaban a la ciudad para empezar mañana a trabajar, emprendían viaje sin saber ni cuándo embarcarían, ni cómo, ni si tendrían que permanecer horas bloqueados. “Eso es lo peor, el no saber. Nos tratan como mercancía, hacen lo que quieren con nosotros”, apuntaba otro de los afectados.
Que se rompiera la cadena de horarios tuvo mucho que ver con decisiones adoptadas a última hora por las compañías. Así, mientras que Acciona optó por duplicar el precio de su billete, en el caso de Balearia desvió, de madrugada, el Avemar Dos hacia la ruta de Tánger para aliviar el colapso de aquel puerto. El negocio estaba al otro lado. Esta decisión provocó tardanzas, retrasos y que buena parte de la mercancía que llega a Ceuta a primera hora de la mañana, lo hiciera con tres horas de retraso.
La niebla tampoco ayudó. Más bien lo contrario, no hizo sino ralentizar aún más las salidas y entradas, aunque sin llegar a los niveles de presión que se registraron durante la OPE del año 2013. Pero eso, 12 meses después, poco importa. Las sensaciones se viven en el momento y ayer los ceutíes criticaban el “cachondeo” imperante en el Estrecho y clamaban por una intervención de las administraciones para impedir situaciones como éstas, en la que el caos termina alterando una ruta en la que nada se respeta.
La entrada del ‘López de Anglada’. La niebla cerrada que hubo durante toda la mañana de ayer complicó las maniobras de atraque de algunos barcos como el ‘López de Anglada’, de Balearia. Policía del Puerto y Nacional tuvieron que encender las luces de sus coches, (fotos 1 y 2) situarlos en el punto de atraque y así poder dar algo de luz para que se lograra realizar la maniobra sin accidente alguno (foto 3). Como se aprecia en la sucesión de imágenes, la visibilidad era nula.