El perímetro fronterizo sirve de escenario no solo para los intentos de entrada de inmigrantes. También sobre él ponen sus miras las pequeñas redes que se dedican a la introducción de hachís y que cuentan con enlaces al otro lado de la valla para ir colando pequeñas cantidades en forma de goteo. Y lo consiguen.
A pesar de que los ocho kilómetros de línea perimetral se supone que son prácticamente inviolables, aún hay cabida para este tipo de delitos.
Sin ir más lejos la pasada noche se detectó el lanzamiento de droga por la zona de Anyera, en concreto entre los puntos de grada 13 y grada 10. Un individuo se aproximó a terreno fronterizo marroquí arrojando desde su lado hachís. Contaba con sujetos que, al otro lado, iban a recoger la narcótica sustancia. Se tiene constancia de que cuatro individuos vestidos con ropa militar se aproximaron a la zona para recoger la droga mientras un quinto esperaba para dar la voz de alarma si se aproximaban las patrullas del Instituto Armado.
Así fue. Unos guardias civiles que patrullaban por el lugar salieron al paso, lo que provocó que los receptores del hachís escaparan del lugar sin poder ser detenidos. Varias unidades más del Cuerpo acudieron en batida al lugar e incluso el helicóptero que estaba de servicio efectuó algún pase sin éxito. Sí que en el perímetro se halló algo más de medio kilo de hachís, el pequeño cargamento que tenía que ser recogido esa noche.
No es la primera vez que suceden hechos de este tipo. Además del lanzamiento por la valla se intenta sabotear las ya selladas alcantarillas para buscar otra vía de entrada del hachís, contando siempre con que este tipo de acciones se tienen que llevar a cabo con la coordinación a ambos lados para lanzar y recoger la mercancía en cuestión de segundos.
Curiosamente en el día de ayer la Policía marroquí interceptó dos vehículos, esta vez en el paso del Tarajal y no en la valla, que pretendían pasar a Ceuta cargados con hachís. En uno de los casos, según han informado fuentes de toda solvencia a este medio, se localizaron 50 kilos y en el otro alrededor de diez. Los conductores de los coches fueron detenidos por los agentes de servicio que controlan, al igual que la Benemérita hace en el puerto, el pase de droga a la ciudad.