El Estatuto de los Trabajadores establece que “la duración de la jornada de trabajo será la pactada en los convenios colectivos o contratos de trabajo” y que “la duración máxima de la jornada ordinaria de trabajo será de 40 horas semanales de trabajo efectivo de promedio en cómputo anual”. Además añade que “el número de horas extraordinarias no podrá ser superior a 80 al año”.
Sin embargo, durante el año pasado en Ceuta se realizaron 5.373 horas de trabajo ilegales, según el estudio que acaba de publicar la Secretaría de Acción Sindical de CCOO a partir del análisis de los microdatos de la Encuesta de Población Activa. Con ellas se destruyeron 318 puestos de trabajo, según los cálculos del sindicato, que estima que la tasa de paro ocal podría caer un 1,2% simplemente con su erradicación. CCOO precisa que partiendo de la jornada legal máxima de 40 horas, pese a que existen “muchos” convenios colectivos con jornada inferior, y se considera un máximo de dos horas extraordinarias en la semana habitual, “todas las horas que exceden de las 42 semanales son ilegales, estén o no retribuidas”.
El informe elaborado calcula que en toda España hay un millón y medio de trabajadoras asalariados en el sector privado que realizan una jornada superior a la legalmente permitida. La norma que se transgrede, alerta la central, “no es una mera instrucción, sino la básica de la legislación laboral: el Estatuto de los Trabajadores”. El porcentaje de disminución del paro y del aumento del empleo asalariado sin las horas ilegales no guardan una relación directamente proporcional. Por ejemplo, Euskadi podría aumentar su empleo con esas horas en un 1,7% y reduciría su paro un 6,1%; sin embargo Andalucía aumentando su empleo en un 3,7%, más del doble, solo consigue reducir el paro en un 4%. La tasa de paro es la que explica la interrelación de estas dos variables y el hecho de que, sin se acabase con las horas ilegales, solamente se crearían 154 empleos en Ceuta.
“Se puede afirmar”, explica Comisiones Obreras, “que la reducción de la jornada habitual de jornada completa a jornada parcial se produce entre aquellas personas que se sitúan en el marco de la jornada normal”. Quienes realizan horas extraordinarias o jornadas ilegales no solo ven reducido su peso en el conjunto, sino que lo aumentan. “Así”, concluye, “la tan exigida flexibilidad se traduce solamente para jornadas de hasta 40 horas semanales, las que tienen mayor duración no experimentan esa flexibilidad exigida”.
La jornada media realizada en 2013, incluyendo las jornadas parciales y excluyendo las horas ilegales o a quienes desconocen las horas que realizan, es de 35,37 horas. Tomando esa jornada media, el número de personas que deberían tener trabajo utilizando esas horas ilegales es de 326.838 personas con la media de horas realizadas durante el ejercicio pasado.
Por sectores productivos, las horas ilegales se distribuyeron también de forma irregular: en el sector primario se perdieron 8.579 empleos; en la Industria con las 1,6 millones de horas ilegales se podrían crear 43.381 empleos; el sector de la Construcción ha perdido desde 2008 casi un millón y medio de empleos, el 58,6% de los existentes de los que 1,2 millones eran asalariados; en el último año, 114.559 empleos. Pese a ello en 2013 se realizaron 703.143 horas ilegales. Con ellas se podrían haber creado 18.108 puestos, calcula CCOO.
La Seguridad Social no ingresó casi 3.000 millones
Las cotizaciones que la Seguridad Social dejó de ingresar en 2013 a causa de estas horas ilegales suponen una minoración del 3,5% de sus ingresos. Es decir, dejó de recaudar cerca de 2.842 millones de euros. Además, a estos 2.842 millones que ha dejado de percibir la Seguridad Social, se debería añadir el gasto en prestaciones por desempleo de las 326.838 personas paradas que deberían tener un trabajo si se hubieran convertido en empleo las horas ilegales.