Primero fue la misa y después un piquete de honores. Todo ello emocionante, intenso, solemne. Porque, como ocurre cada vez que el 27 de junio acude al calendario, se trataba de honrar a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Patrona del Cuerpo de Sanidad Militar.
Así, galenos militares y buena parte de los mandos militares de las distintas unidades que componen la plaza castrense de la ciudad, así como personal civil, se dieron cita ayer en la Capilla de la Clínica Militar para, posteriormente, asistir a un piquete de honores del Batallón del Cuartel General de Ceuta Comgeceu que estuvo al mando de un suboficial, dos porta coronas del BCG Comgeceu y la Música del Batallón de Cuartel General. El acto, que estuvo presidido por el comandante general Sanz Román, dio pie a que se concedieran condecoraciones y se hicieran un solemne arriado y un homenaje a los caídos por España, antes de que se retirara el piquete.
Patrona de la Sanidad Militar, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, es decir, advocación venerada en Roma con una imagen de la Virgen conocida desde el siglo XII. Perdida en el curso de las vicisitudes por las que pasó la Ciudad Santa en el transcurso del siglo XIX, fue hallada de modo prodigioso el año 1866, reza la historia, manda la memoria. Ahora, tras tantas décadas, la Patrona protege al Cuerpo, una de las unidades más necesarias de todo ejército que se precie pues la vida de cientos, miles de efectivos dependen de la labor de unos galenos que ayer vivieron un día especial, también en Ceuta.