Los pétalos de casi 25.000 claveles, combinados con 2.000 kilos de arena de distintas tonalidades, volverán a poner hoy el manto de color a la Avenida Alcalde Sánchez Prado para recordar a los ceutíes que tienen una cita con el Corpus Christi, una de esas fechas marcadas en rojo en el calendario para los fieles cristianos, pero por extensión también para todos los amantes de la tradición.
Dos misas, una en la Catedral y otra en la Iglesia de África para los pequeños que este año han recibido el sacramento de la Comunión, antecederán a última hora de la tarde a la solemne procesión que se convertirá, un año más, en el acto central de la celebración. Consideraciones religiosas al margen, el Corpus es uno de esos eventos que congregan a su alrededor a todos los estamentos de la ciudad, públicos y privados, en torno a una manifestación popular arraigada. El paso del Sagrado Sacramento volverá así a sobresalir por encima del blanco de los trajes de Comunión de los pequeños que procesionan, una estampa clásica que sirve de nexo entre generaciones, entre pasado y presente. Que en apenas 48 horas se sucedan en la ciudad estampas como la de los niños musulmanes inmersos en la Jutma y la de sus vecinos cristianos procesionando hoy quizás sea también síntoma de esa multiculturalidad a veces tan pregonada pero tan poco practicada. Una jornada, la de hoy, para consolidar tradiciones.