El guardia civil de Ceuta, Carlos Luis Casado Rodríguez, ha sido condecorado por una heróica acción desarrollada en Mallorca, lugar en el que está destinado en la actualidad. Hace unos días el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, quiso destacar en público su valor al participar en el rescate del piloto de una avioneta que se estrelló en 2013
y quedó preso de las llamas. Fue el único superviviente de una tragedia que se saldó con la muerte de tres personas.
Aquel 24 de mayo, cerca del Centro Comercial Alcampo en la localidad de Marratxí (Baleares), se escribió una de las crónicas negras de sucesos del lugar, que, finalmente tuvo tintes de esperanza con el rescate del piloto gracias a la participación de este ceutí y su compañero el cabo primero Miguel Ángel Homar Aragunde.
Ambos han sido condecorados con la Cruz al Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo, ya que arriesgaron sus vidas en el transcurso de un acto humanitario en el que la pareja de agentes se entregaron al límite para poder salvar al menos una vida.
El acto, que se desarrolló en Valdemoro (Madrid) con motivo de la celebración de los 170 años de vida de la Benemérita, viene a reconocer y significar con la relevancia debida la actuación de esta pareja que, tras llevar a cabo el rescate, tuvieron que ser atendidos en un centro hospitalario debido a la inhalación de humo por el incendio sufrido.
Los medios de comunicación de Mallorca han dado buena cuenta de la labor heróica de estos beneméritos al igual que del reconocimiento que el propio ministro de Interior ha hecho de su trabajo.
Tanto el ceutí Carlos Luis Casado como su compañero, el cabo primero Miguel Ángel Homar, están destinados en el cuartel del Pont d’Inca. Ellos fueron los que acudieron al tener noticia del siniestro sufrido por la avioneta Cessna 172 al estrellarse cerca de la rotonda de Alcampo.
Ocho minutos antes, el aparato había despegado del aeródromo de Son Bonet y cuando llevaba dos kilómetros cayó en picado, por un fallo humano. El piloto argentino Ignacio Carretero, de 23 años, había invitado a sus amigos a sobrevolar la isla y fue el único que hoy puede contar la historia. Eso sí, gracias a la implicación de estos dos agentes.