Las formas elegidas por quienes pasan pequeñas cantidades de hachís a la península intentan ser lo más variadas posibles, toda vez que pretenden burlar los controles policiales apoyándose en excusas que, tarde o temprano, topan con el agente de turno.
Así les pasó a seis marroquíes que pretendían el embarque simulando formar parte de una misma unidad familiar que había venido a Ceuta para pasar las vacaciones. El agente de turno no les creyó al comprobar, por una mera apreciación física inicial, que los componentes de esa supuesta familia no tenían demasiados rasgos en común.
De la apreciación se pasó a verificar que, efectivamente, ninguno de los supuestos familiares lo era, y que lo que pretendían era pasar con esta excusa de forma más rápida el control, ocultando algo de hachís en el interior de sus organismos. En concreto la Policía Nacional estima que ocultan cinco kilos de droga, aunque todavía queda por expulsar algo más.
La Jefatura Superior ha advertido de que las organizaciones que se dedican al tráfico de hachís entre Ceuta y la península están utilizando a modo de culeros a personas que por su apariencia física y supuestos vínculos familiares no representan ser traficantes de droga.
En el caso de marras, los agentes de servicio en el puerto interceptaron a tres personas que viajaban en el coche en compañía de otras tres más, dos de ellas menores, que manifestaron constituir una familia que se trasladaba a la península después de pasar sus vacaciones. Los agentes pudieron comprobar que entre ellos no había lazos familiares, sino un simple acuerdo para transportar la droga sin levantar sospechas.
Se ha detenido solo a los que portaban el hachís: tres varones de Marruecos con residencia en Madrid que serán puestos a disposición judicial cuando terminen de evacuar toda la droga.
El límite para quedar en libertad
Aquellas personas que pasen menos de 2,5 kilos de hachís y carezcan de antecedentes quedarán libres con la advertencia de que si vuelven a incurrir en un delito ingresarán en prisión. Esta coletilla legal también es aprovechada por las organizaciones que pasan el hachís apoyándose en culeros, ya que los cargan o les adosan cantidades que no alcanzan ese peso para que, tras su detención, sean puestos en libertad como así ha ocurrido.