Los alumnos de los Módulos Voluntarios del ‘Clara Campoamor’ conocieron los estudios de Cocina y Gastronomía del ‘Almina’ a través de la lectura y el paladar.
La literatura y la gastronomía van muchas veces a la par. Al placer de la lectura se le suma el gusto por disfrutar anticipadamente de lo que puede llegar a ser un buen plato, una vez la receta pasa de lo literario a los fogones. Y cuando el plato está en la mesa, después de dedicar un agradable rato en cocinarlo, resulta inevitable degustarlo evocando el libro.
Con el objetivo de que los alumnos de los módulos voluntarios de los PCPI del IES ‘Clara Campoamor’ conozcan los estudios del Ciclo de Grado Medio de Cocina y Gastronomía del ‘Almina’ y, a la vez, aborden la literatura desde un prisma diferente al tradicional, ayer se combinaron estas dos artes –la cocina y la literatura– en la actividad Literatura y fogones, la cual provocó el goce y disfrute de los sentidos de los asistentes.
Durante su desarrollo se llevó a cabo una lectura de fragmentos literarios relacionados con la gastronomía y el vino. Las obras elegidas para ello fueron Devorando el mundo (J. Tripton), Soneto del vino (J. L. Borges) y Oda al vino (P. Neruda).
Finalmente, se pudo degustar un menú literario que contó con Oda al caldillo de congrio (de Odas Elementales, de Pablo Neruda) como primer plato; de segundo Codornices en pétalos de rosas (de Como agua para chocolate, de Laura Esquivel); y de postre Arroz con leche del consuelo espiritual (de Afrodita, de Isabel Allende) o Un té en el Sahara (de El cielo protector, de Paul Bowles).