El socialista José Antonio Carracao comenzó su discurso hablando de la necesidad de conectar con el ciudadano, “con lo que nuestros vecinos esperan de nosotros”, eludiendo discursos extremistas.
Pero en casa del herrero, cuchara de palo, así que el líder socialista terminó sin empatizar con un nutrido aforo plenario y con quien le escuchaba a través de la televisión al dedicarse a leer la hilera de párrafos que componía su entrada en escena pareciendo que ni él mismo se lo creía. De hecho, la lectura le jugó alguna que otra mala pasada en forma de error.
Más allá de las formas, Carracao echó en cara al Partido Popular que hubiera eliminado del discurso ofrecido con motivo del Debate sobre el Estado de la Ciudad cualquier alusión a la responsabilidad que tiene en los problemas que afectan a Ceuta, dejando en el camino la actitud humilde que esperan los ciudadanos de quienes les gobiernan. Lamentó la falta de transparencia en una ciudad en “donde sus ciudadanos no pueden participar directamente en las sesiones plenarias porque este gobierno no quiere” o en donde “no pueden decidir dónde invertir el dinero de sus impuestos a través de los presupuestos participativos”, por ejemplo. “En nuestra ciudad ha empeorado la situación individual, la situación familiar y la situación social”, advirtió, aludiendo a las tasas de paro o a la ausencia de inversión productiva. “Tenemos una ciudad donde siguen usándose las viejas recetas que nos han traído y mantienen en esta situación de desesperanza ante las expectativas de empleo”, indicó, y “cuyo gobierno confronta con el sector empresarial en vez de colaborar y buscar estrategias conjuntas”, añadió.
La mala gestión en la frontera, la inseguridad o el déficit en políticas sociales cuando hay personas que tienen que hacer cola desde las cuatro de la madrugada para coger número se sumaron al lote de críticas hacia la gestión municipal.
“La incapacidad para tener criterio la da la incomprensible inestabilidad política que padece este Ejecutivo que a pesar de tener una mayoría absoluta está inmerso en continuas restructuraciones y escándalos que le impiden gobernar y mantener sus decisiones”, significó. “Tenemos una ciudad donde lo mejor que podemos decir de su deuda es que aún se mantiene al borde del límite máximo legal sin llegar a sobrepasarlo y donde la estabilidad presupuestaria es una quimera contable, advertida y denunciada en cada uno de los informes del Tribunal de Cuentas, órgano al que este Gobierno en su afán de atacar a todo el que le diga las verdades, ha llegado incluso a despreciar”, puntualizó.
No faltaron las alusiones a los temas que, ahora, en materia de comunicación y transporte, están en candelero. Por ejemplo, la falta de contrato de interés público en la ruta del Estrecho o la aún inoperativa -aunque ya se ha anunciado su recuperación- línea aérea.
“Tenemos una ciudad donde el empleo público está bajo amenaza de insostenibilidad y para lo que se planteó una restructuración del sector público empresarial que acabó fracasando y que por el camino ha dejado gastos innecesarios, muchas incertidumbres y la demostración de que las cosas hechas con prisas y sin reflexión no nos llevan a ninguna parte”, criticó el socialista. La ausencia de una Relación de Puestos de Trabajo o el mantenimiento de una política de nombramientos arbitraria “que ha echado atrás los tribunales y que tiene a las centrales sindicales en pie de guerra” fueron objeto de críticas por parte del Grupo Socialista.