A veces para entender el sentimiento cofrade en Semana Santa, para acercarse a lo que siente un costalero, hay que presenciar la salida de ‘La Flagelación’.
La estrechez de la calle Teniente Pacheco permite estar cerca de los hombres que cargados de fe llevan a los sagrados titulares de ‘La Flagelación’ por las céntricas calles de Ceuta el Miércoles Santo. Es uno de los momentos más especiales, un momento que se vuelve único con el olor a incienso y la música de dos grandes bandas.
Si emotiva fue la salida del paso de misterio con el pan de oro brillando al sol y caminando como le marcaban los músicos de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Piedad en su Presentación al Pueblo ‘La Estrella’ (Jaén), la del palio fue elegante siendo mecido lentamente al son de La Madrugá, interpretada por la Banda de Música ‘El Saucejo’ (Sevilla).
Tal y como comentaban los capataces a los costaleros momentos antes de la salida, este Miércoles Santo era especial por dos motivos: porque los cofrades querían disfrutar lo que no pudieron el año pasado, cuando la Hermandad tuvo que regresar a su templo por la lluvia cuando llevaba sólo una hora de recorrido, y porque se despedía todo un referente para los costaleros, Salvador Bolorino, quien comentó a este medio que se retira tras 35 años bajo la trabajadera. Su intención era retirarse el año pasado pero su despedida la empañó el agua. Por ello, aguantó un año para despedirse de la trabajadera a lo grande realizando una gran Estación de Penitencia, la de ayer.
No importaba el clásico de la final de Copa, sólo arrimar el hombro para llevar a cabo una buena procesión. “Madrid-Barça hay miles, pero Miércoles Santo es una vez al año”, decía el capataz de la Hermandad antes de la salida a los costaleros. Y la cuadrilla hizo lo que su capitán le pidió: llevar a cabo una procesión con seriedad demostrando lo ensayado. Fotos de Carlos Larios
Un año más, la Hermandad Sacramental y Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación y María Santísima de la Caridad brindó a los ceutíes un ecuador de la Semana Santa de lujo, poniendo de manifiesto la seriedad, majestuosidad y solemnidad de una corporación cofrade señera y unida.