Toca hablar de fraude y de resultados del trabajo efectuado para atacarlo durante 2013. Fue la consejera de Presidencia y Gobernación, Yolanda Bel, la encargada, ayer, de poner cifras.
En un año, la Ciudad ha dado de baja en el padrón a 4.047 personas por causas distintas, entre las que figuran inspecciones, incidencias o caducidad de documentos. Ceuta cerró el año con una población de 86.658 personas, de la que el 7.02% es extranjera y que podría haberse incrementado aún más de no haberse desarrollado una labor de control e inspección que la propia Bel consideró fundamental. “Vamos a seguir trabajando con mayor intensidad”, avanzó en el transcurso de una rueda de prensa en la que quiso agradecer específicamente la labor realizada por el Negociado de Estadística y por la Policía Local, cuyo número de agentes con tarea centrada en estas lides se ha incrementado.
De las 5.819 solicitudes de alta en el Padrón registradas en todo el año pasado, un 69% fueron de nacionales y un 31 por ciento, de extranjeros. Del total de solicitudes de nacionales españoles (69%), un 99 por ciento fueron aceptadas, mientras que las de extranjeros (31%), un 71 por ciento fueron aceptadas.
Tras estas cifras hay un elevado número de inspecciones, algunas de ellas llevadas a cabo de forma aleatoria. Más de un 46% de éstas dieron como resultado que se produjera la baja en el padrón. También hubo otras inspecciones en pisos patera, de las que un 36% provocó también la baja de las personas que estaban empadronadas en viviendas en las que, como mínimo, viven 9 personas y sirven precisamente para esta funcionalidad: servir al fraude. Otras bajas se produjeron por inscripciones indebidas.
La Policía Local cree que puede haber hasta 150 posibles pisos patera más, que están siendo objeto de comprobaciones y análisis para saber si realmente ocultan un sistema fraudulento.
La cifra de detección del fraude ha sufrido un incremento notable desde que se incrementara el control sobre una práctica avivada por la crisis. Así, según los datos aportados por Bel, si en 2010 se produjeron 5 bajas y en 2011 fueron 6, el pasado año la cifra fue de 1.200.
Cuantificar el coste de estos controles resulta prácticamente imposible, ya que algunos de los empadronados no se beneficiaban de ayudas económicas de la Ciudad ya que solo se empadronan, por ejemplo, para cobrar el paro mientras residen realmente en Marruecos. “Son personas que ni están aquí, ni suponen gasto”, indicó Bel.
Los defraudadores se las ingenian para intentar fingir una residencia en Ceuta con apariencia de legalidad o para disponer de viviendas que sirvan para registrar a gran cantidad de personas. “Hay gente de buena voluntad que se ha dado de baja”, reconoció Bel, pero no son los más.
El balance hecho público ayer por Bel se complementa con el que la Policía Nacional difundió la semana pasada a través de una nota de prensa. La Jefatura hizo público la detección de 108 marroquíes residiendo de manera fraudulenta en la ciudad, tratándose de personas que figuraban como empadronadas en viviendas sin tener derecho a ello al no poder estar residiendo legalmente en la ciudad.
Las dos administraciones trabajan desde el año 2012 en la llamada Comisión Antifraude creada para poner cierto orden tras detectarse aumentos notables en el padrón municipal.
Actuación ante las “nuevas formas” de fraude
La Policía Local se está topando con “nuevas formas” de fraude contra las que tienen que orientar sus actuaciones. Bel habló ayer de forma específica de una de estas alternativas, la relacionada con el subarrendamiento de una vivienda. “Aquí hay mucha tela que cortar”, concretó la consejera. Se trata de viviendas alquiladas por su dueño a una persona que, sin o con conocimiento del propietario, se dedica a generar un segundo alquiler, permitiendo que esa casa sea habitada por personas para obtener un registro fraudulento. Esta segunda tapadera es más habitual de lo que parece. Además hay casos de defraudadores que intentan por muchas vías los empadronamientos.