Se han convertido en uno de los guiños tradicionales del Carnaval ceutí. Los Popi, la asociación cultural que ha hecho del humor y la diversión su seña de identidad, volvieron a salir ayer a la calle para delicia de los ceutíes. Su pasacalles arrancó en la Plaza de los Reyes y descendió todo el Revellín hasta la Plaza de la Constitución, llenando de risas el trayecto. Este año el tema central era la Feria del Tapeo, elegido tras sondear en Facebook y recibir un respaldo favorable de sus seguidores. Y manos a la obra, ayer instalaron incluso caseta, mesas y sillas hasta convertir por un momento el centro de la ciudad en un recinto ferial en el que no faltaban flamencas ni extranjeros consultando planos. Todo ficticio, como debe ser.
Hasta un falso consejero de Festejos y Turismo que imitaba a Premi Merchandani dio sus indicaciones y su particular discurso desde el escenario. Entre el público, el de verdad, el que forma parte del Gobierno local, reía y acabaría también ante el micrófono. El falso y el verdadero, juntos. Tampoco faltó la banda de música, que interpretó el pegadizo Siempre así.
El pasacalles tomó camino Revellín abajo llenando de colorido el casco histórico de la ciudad. en su peregrinar ofrecían el Filipe Joao I, un particular vino de 5.000 a 6.000 euros la botella que, aseguran, nace de una cepa milenaria que comparte vínculos con la Puerta Califal. Todo real, o ficticio, o quién sabe. Es Carnaval.