Fuerzas, masas, campos electromagnéticos, gravitaciones, oscilaciones de péndulos... Contra esos enemigos tuvieron que batallar el pasado viernes los 44 aspirantes de cinco institutos y del Colegio San Agustín que durante tres horas se encerraron en un aula del IES ‘Camoens’ para intentar hacerse con el título de campeón de la fase local de la Olimpiada de Física. La corrección de la prueba, estructurada en torno a dos problemas prácticos y cuatro cuestiones teóricas, proclamó vencedor a David Mallasén, estudiante de 2º de Bachillerato del ‘Camoens’, que será quien ahora represente a Ceuta, entre el 4 y el 7 de abril, en el certamen nacional que se celebrará en La Coruña. Acompañándole en el podio, Eduardo Lucena, del mismo instituto, y Víctor Manuel López, del ‘Siete Colinas’, completaron la triada como segundo y tercer clasificado.
“Fue más complicado de lo que habíamos estudiando en el instituto. La teoría ya la teníamos de clase, pero los ejercicios eran más de pensar, de razonarlos, y eso le añadía un plus de dificultad”, coincidían ayer los tres reconstruyendo el momento en el que tuvieron que enfrentarse, por bloques, al contenido de la prueba, a la que se presentaron de forma voluntaria tras se animados por los profesores de sus respectivos centros. “Nos gusta la materia y decidimos participar en la Olimpiada”, asegura Víctor, que también había figurado ya como aspirante en una eliminatoria local similar, aunque esta vez de la rama de Biología.
¿Es la Física una materia tan árida y abstracta como aparenta desde el exterior? “Para nada”, descartan. “Uno de los ejercicios, por ejemplo, consistía en encontrar solución a un problema sobre la conducción de un vehículo, algo que se hace a diario. Había cuestiones relacionadas con el motor del coche, la potencia, una cuesta, las curvas... La Física aparenta ser algo muy extraño, pero es lo que está detrás de cientos de cosas que nos rodean”, ratifica David con el asentimiento y el refrendo de sus dos compañeros. “O un imán. Todos sabemos desde pequeños lo que es, que los polos opuestos se atraen. Eso tan sencillo es también por una cuestión física”, añaden.
Comparten edad, amistad y curso, pero a las puertas de la PAU –Prueba de Acceso a la Universidad, lo que popularmente se conoce como Selectividad– los caminos que emprendan en los próximos meses se bifurcarán. David, el vencedor del certamen, tiene en su agenda comenzar un doble grado de Ingeniería Informática y Matemáticas que puede llevarle hasta Granada, Madrid o Barcelona. En el caso de Eduardo, sus planes están orientados hacia el Ejército, donde pretende optar a una plaza en la Academia Militar General de Oficiales de Zaragoza. “Hay una parte vinculada a la Ingeniería, así que tendré algo en común con la Física”, augura. Víctor será quien más se aleje de la materia: “Voy a optar por la rama de Biología y estudiaré Medicina en Granada”.
En tiempos en los que España fabrica miles de ingenieros y científicos al año para acabar exportándolos al resto del mundo, los tres participantes en el certamen coinciden en que la sociedad actual presta escasa atención a un sector que, paradojas, es el que está revolucionando las telecomunicaciones e incluso la forma de interactuar de la sociedad. “Todos los avances tecnológicos que estamos viviendo en la telefonía, por ejemplo, son consecuencia de procesos físicos y matemáticos. Si no existieran no mejorarían, quedarían obsoletos”, mantiene David.
Otro síntoma de que los tiempos han cambiado es que, aseguran, ser un fan de la Física ya no coloca el estereotipo de friki solitario que se empeñan en difundir el cine y la televisión. “Qué va, eso ya no pasa. A nosotros nos ha felicitado todo el mundo”, confirman Eduardo y Víctor. Ambos figuran como suplentes y acudirían a La Coruña, en ese orden, si David finalmente no pudiera. Desconocen cuál es el premio de la edición nacional de este año. En la anterior, la Universidad de La Rioja se ofreció a pagar toda la carrera del vencedor, aunque finalmente rehusó y acabó matriculándose en Barcelona.