Desde antes del amanecer, los comerciantes ocupaban el aparcamiento al aire libre junto al CEIP ‘Príncipe Felipe’, uno de los escenarios donde se han sucedido los conflictos en torno al comercio atípico entre Ceuta y Marruecos en estos dos últimos meses. Como acordaron este lunes, los empresarios de los polígonos ejecutaron el cierre del recinto, cuyas puertas aparecieron selladas desde la madrugada.
La irritación se palpaba en el ambiente y las primeras luces del día trajeron una declaración de intenciones: “La interrupción de la actividad será indefinida hasta que haya soluciones. Es el pan de nuestros hijos”, protestó Mohamed Ahmed, presidente de los cuatro polígonos. El impago del IPSI a la Ciudad Autónoma al carecer de ingresos, o su depósito en una cuenta notarial, fueron otras de las medidas de presión que barajaron los presentes, cuyo número aumentaba a medida que salía el sol.
Pese a las restricciones a la entrada de marroquíes con intención de portear, los plantos sí estaban presentes desde primera hora en los aledaños del aparcamiento, según comentaron los propietarios y arrendatarios de las naves. Al fondo, las calles de los almacenes se encontraban desiertas, algunos hablaron incluso de los “polígonos fantasma”.
El colectivo anunció esta medida de presión pero tampoco concretó cuándo se pondría en marcha, de modo que la incertidumbre cubría cualquier movimiento. Los obreros que trabajan en la rehabilitación de una nave descubrieron que una placa soldada a la puerta impedía acceder al interior. La Policía Local y el Cuerpo Nacional se personaron en el lugar y el grupo se desplazó hasta la explanada que conecta con La Chimenea y las Fase I y II.
Sobre las 9.00 de la mañana comenzaron a sonar los teléfonos. Una dotación de Bomberos acudía al lugar con la misión de desbloquear las puertas. La respuesta por parte de los empresarios fue negativa: agradecían el gesto pero insistieron en que el lugar quedaba precintado.
La indignación del colectivo cobraba fuerza a medida que llegaban más compañeros de fatigas. Los ánimos estaban caldeados y Ramesh Chandiramani, presidente de La Chimenea, se preguntaba si sería concebible que, a la salida de cualquier gran superficie, la Policía Nacional registrara los vehículos de los clientes. “Pues eso hacen aquí”, sentenció. Bachir Mustafa, de la misma zona, planteó llevar a Madrid “si es legal el tipo de decomiso de productos que llevan a cabo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”. Otros aclararon que solo quieren trabajar y los más críticos destacaron que los problemas “tienen su origen en el lado español”, hasta el punto de exigir dimisiones.
Rocío, de la Fase II, tildó de “inexplicable” que la UIP vete el paso a los trabajadores pero “indocumentados estén metiendo bultos por el Biutz con total impunidad”, en referencia a los plantos. “Los policías me piden una nómina para entrar”, criticó otra de las presentes. Un empresario extranjero expresó su sorpresa porque “matan el comercio local”.
La movilización se desarrolló sin incidentes pese a los ecos de Gamonal, el barrio burgalés que registró altercados la semana pasada. Sin embargo, cargaron las tintas contra los decomisos de mercancías hasta cambiar el lema de ‘Ceuta, ciudad de compras’ por ‘Ceuta, ciudad donde te quitan las compras’.
Por otra parte, los vecinos cuyas viviendas se encuentran junto al CEIP ‘Príncipe Felipe’ denunciaron ayer de forma pública que la Policía Nacional les impide bajar a tirar la basura a los contenedores del Tarajal.