Hemos empezado la semana tal y como terminamos la anterior, con problemas en el tránsito con Marruecos. Si a lo largo de determinados días de la semana pasada la causa fueron las aglomeraciones de porteadores a partir del cierre del Biutz y a partir de que el vecino país realizara controles a la entrada en Ceuta desde por la mañana, ahora parece que se repite ese excesivo celo con la entrada y salida de automóviles. Por supuesto, que el principal perjuicio es para los ceutíes, porque estamos en las vísperas de la Navidad y hay muchos ciudadanos que viajan hasta Marruecos por distintos motivos y en sentido contrario hay marroquíes que vienen a Ceuta para efectuar compras en los comercios. Podemos construir un tercer carril, los comercios de Ceuta pueden abrir todos los domingos del año si lo deseamos, construimos un nuevo paso para los porteadores, se colabora con Marruecos para que no haya salida de mercancías a través del paso fronterizo del Tarajal, pero los días donde al otro lado de la frontera se desea estrangular lo consiguen y de sobra. Porque es cierto que las relaciones son excelentes, quizás vivamos el mejor momento de los contactos con Marruecos, pero quizás en muchas ocasiones pueda fallar la lealtad. Quizás ahí radique el problema. Y es entendible que ante esas circunstancias desde este lado cueste trabajo tomar medidas. Pero confiemos que poco a poco las desconfianzas continúen pasando a mejor vida.