La frontera marroquí adapta cambios para mejorar su seguridad de cara a la constante presión migratoria que se ejerce sobre el Tarajal. Al refuerzo en número de hombres se añaden vallas y resaltos para hacer complicada la llegada, por ejemplo, de vehículos kamikaze con subsaharianos, además de hacer más compleja la entrada a la carrera de grupos importantes. Los intentos se están llevando a cabo por el paso fronterizo, salvo el caso aislado de la entrada de un subsahariano hace un par de semanas por el perímetro.