Son los primeros. Llevan once meses en el CETI y todavía no habían conseguido la salida a la península. Ayer tuvieron suerte. Abdul y Alí son los primeros asiáticos que rompen con esa incongruente traba impuesta a estos inmigrantes, traba que les ha tenido atrapados en Ceuta mientras veían que otros sin papeles iban marchando a la península aun llevando solo meses.
Nadie puede entender que esto haya sido justo, nadie puede encontrar una razón lógica, algún fundamento que lleve a justificar que durante tanto tiempo el colectivo asiático haya estado atrapado y bloqueado en nuestra ciudad.
Tuvieron que salir a la calle y visibilizar sus historias. Y lo hicieron en la plaza de los Reyes, siempre educados, siempre atentos y siempre unidos. Son personas increíbles. Buenas, que te dan lo que tienen, agradecidas... Son ellos, algo más que un número, algo más que un flash mediático. Son hombres que sufren, que llevan soportando en silencio su situación, que están desesperados porque fueron engañados, que aguantan a diario las presiones de sus familias que carecen de todo y que tenían puestas en ellos sus esperanzas.
Los asiáticos son el firme ejemplo de un colectivo unido, solidario y bueno, muy bueno.
Ahora Abdul y Alí están en la península y la promesa es que poco a poco vayan marchando todos. Espero que esa promesa sea verdad, espero que haya justicia y agradezco la implicación de todos los que han hecho posible que ayer se rompiera ese círculo y por fin comenzara a asomar la esperanza.
El puerto fue escenario de esta despedida, de las lágrimas de los amigos que se separan, de los abrazos, de los recuerdos, de las fotografías, de todos esos instantes marcados por el cariño que se profesan quienes han estado siempre unidos y que siguen así en su sentimiento, en sus corazones. Son un ejemplo, son personas dignas de admiración. El trato que hemos tenido con ellos nos ha marcado. Su vida es un relato de penurias, de luchas, de búsqueda de la libertad pero sobre todo de respeto. De respeto hacia todos nosotros, el mismo que las instituciones deben tenerles porque las injusticias nunca deben ser permitidas, porque no tiene que haber diferencias, porque ellos merecen tener este final y que la historia de Abdul y de Alí sea solo el inicio de las que todos los demás esperan.
Ánimo AMIGOS.